Por María Julia Echeverría. En U-238 Noviembre 13
Si bien la energía hidroeléctrica y los combustibles fósiles son las principales fuentes energéticas del continente, se están desarrollando diversos planes para ampliar la capacidad nuclear en la mayoría de los países de la región. A continuación, un breve recorrido para conocer los objetivos y el grado de avance en cada caso.
PERÚ
Este país cuenta, desde 1975, con el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), una institución pública cuya misión es normar, promover, supervisar y desarrollar las actividades aplicativas de la energía nuclear.
En su Sede Central, ubicada en Lima, el IPEN concentra el Reactor de Potencia Cero, el primer reactor que se construyó en Perú y que cuenta con facilidades de irradiación para la realización de diversas actividades de investigación.
El Centro Nuclear Oscar Miroquesada de la Guerra (RACSO), también dependiente del IPEN, cuenta con el Reactor RP-10, diversos Laboratorios de Ciencias, una planta de producción de radioisótopos, un laboratorio secundario de calibraciones dosimétricas, y una planta de gestión de residuos radiactivos.
La puesta en servicio del Reactor Nuclear RP-10, permitió al país producir, desde 1990, distintos radioisótopos destinados a uso médico (yodo 131, tecnecio 99, fósforo 32, samario 153, iridio 192) e industrial (yodo 131, iridio 192, el fósforo 32 y azufre 35). En forma paralela, la producción de radiofármacos ha alcanzado un lugar cada vez mayor en la medicina nuclear peruana. Actualmente se producen en la Planta de Producción de Radioisótopos diversos productos como AMD (ácido metilendifosfónico), DEIDA (ácido dietil-iminodiacético), DMSA (ácido dimercapto succínico), entre otros.
Este importante desarrollo en el área de la medicina nuclear ha permitido a Perú exportar a países como Argentina, Colombia, Guatemala, Cuba, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Trinidad y Tobago, Nueva Zelanda, Chile, Ecuador, Cuba y Colombia varios de estos radioisótopos.
En esta misma línea, según adelanta el ingeniero Carlos Sebastián Calvo, director de la Dirección de Servicios del IPEN, esta institución trabaja en la instalación de un segundo Ciclotrón para producción de radioisótopos específicos que requiere el sector de la salud, con los servicios adicionales de tomografía por emisión de positrones (PET Scan). “El IPEN cumplirá su función reguladora y de operación segura de las instalaciones; canalizando la cooperación técnica internacional que ofrece el OIEA”, explica Sebastián Calvo.
A nivel industrial, Sebastián Calvo destaca que “las aplicaciones de la tecnología nuclear se han estado empleando en la solución de problemas presentados en las distintas etapas de los procesos minero-metalúrgicos. Diversos radioisótopos producidos en el IPEN han sido utilizados para diagnosticar, verificar y optimizar el funcionamiento de procesos industriales. También en las plantas de producción de derivados del petróleo y procesamiento de los derivados del gas natural, el IPEN ha aplicado radioisótopos como trazadores, para evaluar y optimizar el funcionamiento de las unidades de cracking catalítico y torres de destilación, lo que ha permitido planear acciones de mantenimiento y ajustar los parámetros operativos, aumentando con ello la eficiencia en la producción de combustibles y otros derivados de hidrocarburos”.
Por otra parte, también es destacado el desarrollo de las aplicaciones nucleares en medio ambiente, especialmente la realización de ensayos de radiactividad en muestras de suelo aire, agua y productos orgánicos. “Diversos radioisótopos han sido empleados en hidrología con óptimos resultados”, subraya Sebastián Calvo. “Esto ha permitido tener un mejor conocimiento de la disponibilidad de nuestro recurso hídrico, beneficiando con ello a la actividad industrial, minera y agropecuaria. Se han desarrollado y aplicado técnicas isotópicas, las que complementadas con técnicas físico–químicas, vienen resolviendo problemas e impulsando un mejor aprovechamiento y preservación de nuestros recursos hídricos. Entre las aplicaciones más importantes en hidrología se destacan la medición de caudales, el transporte y medición de sedimentos, la localización de fugas en embalses, las recargas artificiales de acuíferos, la determinación de parámetros de los acuíferos (velocidad, permeabilidad, dirección del flujo, porosidad, transitividad, dispersividad), así como la determinación del origen y edad de las aguas”.
En relación a la generación eléctrica de origen nuclear, según el ingeniero Sebastián Calvo, “Perú tiene diferentes razones para considerar un proyecto de energía nuclear para afrontar desafíos como la falta de recursos de energía disponible, el deseo de reducir la dependencia de la energía importada, la necesidad de aumentar la diversidad de recursos energéticos y la mitigación de las emisiones de carbono”.
CHILE
Desde su creación en 1964, la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) se ha dedicado a desarrollar diversas áreas del sector nuclear. Una de las más avanzadas es la producción de radiofármacos y radioisótopos, tanto para aplicaciones médicas, como para la minería, la agricultura y el medioambiente. Adicionalmente, se ha desarrollado conocimiento y tecnología para producir elementos combustibles para los reactores de investigación chilenos.
En materia de nucleoelectricidad, hasta hace unos pocos años, el debate en torno al desarrollo de la energía nuclear casi no existía en el país vecino. Sin embargo, la crisis energética del último tiempo logró que se instalara a nivel social.
Desde el año pasado, además, está vigente el Plan Estratégico 2012-2016 que, entre otros objetivos, apunta a “desarrollar conocimiento, acciones y capacidades efectivas, para el asesoramiento al Estado de Chile y a la sociedad, en el ámbito de la energía nuclear de potencia”. Las diferentes acciones apuntan a consolidar un grupo destinado a formar las capacidades de asesoría en nucleoelectricidad y, en coordinación con el Ministerio de Energía, integrar estudios, conocimientos y propias evaluaciones, en una propuesta de informe de factibilidad, “para ser presentada cuando ello se requiera”.
Asimismo, se busca “promover la formación y capacitación del recurso humano, que permita contar con capacidades robustas y estables para materializar, responsablemente, las labores de asesoramiento y desarrollo de actividades requeridas”.
Por otra parte, Chile cuenta también con la Corporación Nuclear Eléctrica Chile S.A., una empresa nacional que mantiene estrecha relación con Rosenergoatom, la firma rusa encargada de la administración y construcción de centrales nucleares de ese país, y los Institutos Nucleares Kurchatov y Sarov, encargados del desarrollo técnico y científico de los reactores nucleares de última generación.
NICARAGUA
Según la clasificación del OIEA, la nación nicaragüense se encuentra en una categoría “baja” en lo que respecta a la actividad nuclear, ya que no posee plantas nucleares ni irradiadores de investigación o industriales.
Sin embargo, la licenciada Norma Roas Zuniga, Coordinadora Nacional del Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe (ARCAL), recuerda que su país participa en los tres tipos de proyectos que financia el OIEA por medio de cooperación técnica. Específicamente, son 8 Proyectos Nacionales, 7 Regionales en temáticas de seguridad y 19 Regionales en el marco del ARCAL.
Sobre las áreas del sector nuclear que están más desarrolladas en Nicaragua se encuentra, en primer lugar, la medicina (sobre todo en materia de salud y protección radiológica), seguida muy de cerca por las aplicaciones en medio ambiente y seguridad alimentaria, especialmente en la aplicación de técnicas nucleares en el estudio de la contaminación del agua y suelo y en el fortalecimiento de los laboratorios de referencia fitosanitarios.
El avance en estas áreas y la participación activa en las actividades del ARCAL, permitieron capacitar a estudiantes y docentes en la utilización de técnicas nucleares en la determinación de niveles de erosión de suelos; así como también a médicos sobre terapias con radionucleidos.
VENEZUELA
A pesar de ser el quinto mayor exportador de petróleo del mundo y de poseer abundantes recursos hidroeléctricos, Venezuela ha pensado seriamente en proyectos para desarrollar la energía nuclear en su territorio, pero que finalmente no lograron concretarse.
En el año 2010, el ex presidente Hugo Chávez visitó Rusia para firmar varios acuerdos y, en esa oportunidad, los mandatarios de ambos países firmaron también un acuerdo de cooperación nuclear que establecía que la firma rusa Rosatom construiría una planta de energía en territorio bolivariano con dos reactores de agua a presión (1.200 megavatios de potencia) y un reactor de investigación para producir isótopos médicos y materiales nucleares para fines pacíficos. Estos acuerdos jamás pasaron de la etapa de planificación y, finalmente, quedaron suspendidos en marzo de 2011, con el accidente de Fukushima.
Por otra parte, Venezuela fue uno de los primeros países de América Latina en tener una instalación nuclear: el reactor de investigación RV-1, que entró en criticidad en 1960 y dejó de funcionar en 1991. Tuvo una potencia de 3 MW, de tipo piscina y era refrigerado usando como moderador agua común. Años más tarde, la estructura reactor –que está instalado en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC)– fue transformada para dar paso a la Planta de Esterilización por Rayos Gamma PEGAMMA y, actualmente, se utiliza para la irradiación de procesamiento de alimentos, esterilización e investigación médica.
En materia de medicina nuclear, Venezuela cuenta en su territorio con varios centros especializados, entre ellos 19 Centros de Terapia Radiante diseñados y construidos por la empresa INVAP bajo el sistema “llave en mano”. Esto incluye el estudio de implantación, la construcción de los bunkers y el suministro de todos los servicios auxiliares, además de los repuestos y el mantenimiento de las instalaciones y equipamiento por un período de cinco años. Los centros estarán equipados con equipos TERADI 800 y simuladores, además de aceleradores lineales de elekta.
COSTA RICA
Fundada en 1969, la Comisión de Energía Atómica de Costa Rica (CEA) es el órgano estatal encargado de difundir y promover los usos pacíficos de la energía nuclear. Desde su creación, los principales avances se han dado en el marco de las radiaciones ionizantes y la medicina nuclear en hospitales públicos y privados, donde la CEA brinda asistencia técnica y presta servicios.
En la actualidad se encuentran en ejecución siete proyectos nacionales del ciclo de cooperación técnica 2012-2013 en diversas áreas: hidrología, salud, regulación radiológica, protección ambiental, seguridad alimentaria, aplicaciones industriales y control de plagas, lo cual involucra a diversas instituciones estatales como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura, la Universidad de Costa Rica, el Instituto Tecnológico de Costa Rica, entre otras.
En forma paralela, el país caribeño participa en 45 proyectos regionales y es miembro del ARCAL.
Asimismo, ha puesto en marcha su Plan Estratégico, el cual propone para los próximos 10 años: incrementar sus recursos, tanto administrativos como científico-técnicos; aumentar su presupuesto; ampliar sus instalaciones; mejorar su posicionamiento a nivel nacional e internacional; y fortalecer alianzas estratégicas nacionales e internacionales para llevar a cabo proyectos, cursos de capacitación, asesoría en aplicaciones de la tecnología nuclear, entre otros, a fin de proyectar y dar a conocer a la institución.
A su vez el país cuenta con un Centro de Investigación en Ciencias Atómicas, Nucleares y Moleculares (CICANUM), el único centro del país especializado en tecnologías nucleares. Fue creado en 2002 como una unidad de investigación de la Universidad de Costa Rica y su trabajo se desarrolla alrededor de la fluorescencia de Rayos X, la electrónica nuclear y la física nuclear, orientando sus estudios hacia la agricultura, salud, geofísica e industria.
Además de ocuparse del desarrollo de estas líneas de investigación, el CICANUM ofrece servicios de calibración dosimétrica, dosimetría personal, análisis radiométricos, análisis de aleaciones, entre otros. También brinda cursos de Protección Radiológica.
BOLIVIA
Actualmente, cuenta con una incipiente planificación de actividades nucleares, encabezadas por el Instituto Boliviano de Ciencia y Tecnología Nuclear (IBTEN). Este instituto es el organismo encargado de coordinar las actividades de la “Red Nacional de Energía Nuclear”, dependiente del Viceministerio de Ciencia y Tecnología (VCyT), cuyo objetivo es promover la investigación científica y tecnológica en el área nuclear.
Al respecto, Luis Romero Bolaños, Director General Ejecutivo del IBTEN, comenta que “desde el año 2011 en coordinación entre el VCyT, el IBTEN y la Red Nuclear se han concretado iniciativas para consolidar un Plan de Ciencia y Tecnología en el sector”, priorizando los siguientes productos: Lineamientos del Programa Nuclear boliviano; Documento estratégico marco-proyecto Ciclotrón PET CT; y Términos de referencia para una planta de irradiación multipropropósito.
Según Bolaños, las áreas nucleares más desarrolladas en Bolivia se dan en materia de medicina, con un total de seis unidades de radioterapia y la utilización de cámaras gamma de doble cabezal. El propósito a futuro es ampliar las capacidades de este tipo de aplicaciones que tienen un alto y positivo impacto social.
Asimismo, es importante la participación boliviana en proyectos de investigación. Por ejemplo, “para el ciclo de cooperación del OIEA 2012–2013, Bolivia participa en dos proyectos nacionales y cinco regionales. Asimismo, prevé para el bienio 2014-2015 tres nuevos proyectos, uno de ellos dedicado al fortalecimiento de recursos humanos en el sector de medicina nuclear”, adelanta Bolaños.
Por otra parte, Bolivia ha diseñado recientemente su Plan Nuclear, el cual contempla algunos aspectos básicos como el desarrollo tecnológico, la capacitación y la institucionalización. Esto último implica la creación de organismos que rijan la política nuclear, la concentración de entidades de control de actividades, el diseño de protocolos de autorización y articulación de planes, la creación de normas de la responsabilidad de seguridad en instalaciones, etc.
En el desarrollo del Plan Nuclear boliviano, Argentina tendrá un rol destacado, gracias a diversos acuerdos complementación y cooperación energética firmados recientemente, los cuales le permitirán al país andino impulsar nuevos sectores del desarrollo nuclear.
Al respecto, Bolaños considera que “los convenios bilaterales son importantes, especialmente en el componente de formación de recursos humanos. En Bolivia un segmento pequeño de profesionales tiene información nuclear, pero no están formados en temas nucleares. Con este propósito, tres graduados de carreras de ciencia e ingeniería están realizando cursos de post grado en el Instituto Balseiro desde el mes de julio”.
En cuanto a la generación de energía nucleoeléctrica, en el marco del Plan Nuclear está prevista la construcción de reactores nucleares, lo cual tiene un horizonte mínimo para su puesta en marcha de 15 años como mínimo.
Por otra parte, se prevé el uso de radioisótopos en la industria hidrocarburíferas, los cuales pueden utilizarse en la prospección de pozos o la recuperación secundaria de petróleo, permitiendo una explotación más eficiente de este recurso estratégico.
También son importantes las aplicaciones ambientales de las técnicas nucleares en el país andino. De hecho, el IBITEN cuenta con una unidad de análisis y calidad ambiental “UACA”, que tiene una experiencia de más de 20 años en la prestación de servicios de análisis ambientales tanto para instituciones privadas y gubernamentales. Algunos de los análisis que esta unidad presta son: análisis físico-químico de suelos, aguas y sedimentos; de tejidos vegetales (plantas, vegetales, frutos); de fertilizantes y plaguicidas en formulaciones; de minerales y muestras geológicas. Asimismo realizan clasificación de la calidad de los cuerpos de agua y análisis químico en peces.