El proyecto de construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad en Villar de Cañas (Cuenca, España) atraviesa una etapa de tensiones y contramarchas.
Según varias fuentes, existe un malestar creciente en el seno de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Hacienda, por la forma en que la empresa Enresa está llevando a cabo el proceso de construcción de la multimillonaria instalación.
Asimismo, se suman denuncias de que el terreno elegido para ubicar el silo –que hace algunos meses se calificó como “perfectamente viable”– podría presentar “ciertas inestabilidades” que podrían disparar los costos de la instalación, en principio, estimados en unos 900 millones de euros.
La mala elección de los terrenos pone en riesgo, además, el objetivo de que el ATC esté operativo en 2018. Allí se guardarán temporalmente (durante 60 años) los residuos nucleares de alta actividad generados en todas las centrales españolas.