El crecimiento en la generación nuclear en todo el mundo se mantendrá en los próximos decenios, aunque a un ritmo más lento del previsto antes de Fukushima, según afirma el documento de datos de referencia del OIEA, revisado anualmente y presentado por el Director General, Yukiya Amano, durante la 56ª Conferencia General, celebrada en septiembre.
El documento, siete estimaciones de energía, electricidad y tendencias de la energía nuclear hasta el año 2050 presenta una actualización de las previsiones hechas en 2011, después de Fukushima, y tiene en cuenta la crisis económica con la caída de demanda y decisiones de abandono nuclear en algunos países. Presenta para la energía nuclear dos escenarios, partiendo de los 370 GW actuales:
El escenario bajo estima que la potencia nuclear en 2030 será de 456 GW, un 9% menos que en la última estimación, inmediatamente después de Fukushima. Tiene en cuenta la crisis económica y los bajos precios del gas natural, y representa un retraso de diez años en la previsión anterior, trasladando a 2030 la potencia prevista antes para 2020.
El escenario alto predice una potencia nuclear de 740 GW en 2030, 1% menor que la prevista en 2011.
Las previsiones para 2050 anticipan 470 WG para el escenario bajo y 1.337 GW para el escenario alto comparado con los 1.200 GW del llamado mapa Azul de la Agencia Internacional de la Energía de la OCDE).
El crecimiento se debe, en gran parte, a los planes de los países del este asiático (China, Corea del Sur y Japón, si se reactivan sus centrales), Oriente Medio y Asia del Sur (países árabes e India) y Rusia y países del este europeo, y tiene en cuenta los costes de las emisiones de gases de efecto invernadero. En los países occidentales, el crecimiento dependerá de otros factores, como el estancamiento de la demanda, el uso de gas de esquistos y la escasez financiera, que compromete la viabilidad económica de centrales nucleares puramente comerciales en países como Estados Unidos.