Energía solar en la Antártida Argentina

La Comisión Nacional de Energía Atómica instalará más sistemas de energía solar en la Antártida Argentina.

La Comisión Nacional de Energía Atómica instala sistemas de energía solar en la Antártida Argentina desde 2014. En 2024, el organismo sumará otro más en la Isla Vega, con el fin de alimentar con la energía limpia y renovable del sol a un refugio que se usa para estudiar glaciares. La Isla Vega, está ubicada a 60 kilómetros de la Base Marambio y en las cercanías del glaciar Bahía del Diablo.

La fecha de colocación está prevista para fines de enero. Se trata de un sistema “aislado”, es decir que además de los paneles solares habrá baterías para almacenar la energía. De esta manera, podrá ser utilizada cuando el recurso solar sea escaso. El sistema fotovoltaico permitirá evitar el uso del generador diésel.

Además, continúan en funcionamiento los sistemas que se pusieron en las bases Carlini y Marambio y en el refugio Elefante.

El Departamento de Energía Solar de la CNEA instaló el primer sistema en la Base Marambio en diciembre de 2014, a través de un convenio con la Fuerza Aérea. El sistema instalado en la Base Marambio cuenta con ocho paneles fotovoltaicos de silicio que están montados en el techo de la terminal de pasajeros. Entre todos suman 1,92 kW de potencia y se encuentran interconectados a la red eléctrica.

Por su parte, la instalación conectada a la red de baja tensión en la base científica Carlini cumplió un año de vida: un sistema fotovoltaico de 2,32 kW que aportó una energía de 1150 kWh.

Mientras que la instalación fotovoltaica del Refugio Elefante, fue montada en 2020 en las inmediaciones de la base Carlini. Tiene cuatro paneles con una potencia total de 1 kW y almacenamiento en baterías de litio. Es una base de observación de fauna que opera entre septiembre y marzo. En invierno no se la utiliza porque queda bajo 2,5 metros de nieve.

 

Desde 2019, el Departamento de Energía Solar contribuye con la Dirección Nacional del Antártico, con el objetivo de dotar de energía solar a más instalaciones argentinas en el continente blanco.

Cabe indicar que las instalaciones en la Antártida forman, desde 2024, parte de un proyecto de inversión pública (BAPIN). “Esperamos que durante la ejecución de este proyecto se continúe aumentando el uso de fuentes de energía renovables en las bases antárticas, disminuyendo así la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Además, tener instalaciones solares en regiones polares nos permite conocer cuál es la eficiencia de los paneles solares que trabajan a bajas temperaturas, entre otros datos científicos”, manifestó Hernán Socolovsky, jefe del Departamento de Energía Solar de la CNEA.