El Banco de Tejidos del Hospital Garrahan envió esta semana diez mil centímetros cuadrados de piel y veinte mil centímetros cuadrados de membrana amniótica para asistir a más de 40 víctimas del incendio del boliche Kiss de la ciudad de Santa María, en el estado de Río Grande do Sul.
Según explicó Oscar Schwint, jefe del Servicio Banco de Tejidos del Hospital Garrahan, la piel se obtiene de un donante cadavérico y se extrae en un quirófano, mediante un instrumento llamado dermátomo, con el cual se consiguen lonjas de aproximadamente un milímetro de espesor.
Una vez en el Banco, la piel se corta, se lava y se sumerge en antibióticos. Luego, se envasa y se envía a la Comisión Nacional de Energía Atómica para irradiarla con radiación gamma para esterilizarla. Por último, la piel se congela y se criopreserva a –80°C. De esta manera, puede guardarse hasta por cinco años.
En el caso de los pacientes que sufrieron grandes quemaduras, la piel donada se utiliza para recubrir las heridas, evitando así las infecciones y la deshidratación. “A la semana la epidermis se desprende y la capa más profunda se incorpora al organismo, lo que facilita después el autotrasplante de piel sana”, explicó Schwint. Además, como se trata de un tejido avascular, es decir que no tiene sangre, no existe ningún riesgo de rechazo.
En el caso de la membrana amniótica, se obtiene de la donación de placentas y se utiliza para el tratamiento de diversas afecciones oftalmológicas, como úlceras o glaucomas. También es muy útil en pacientes quemados gracias a sus propiedades cicatrizantes.