La empresa española Equipos Nucleares (ENSA) presentará una oferta para participar en el futuro desmantelamiento de la Central Nuclear de Santa María de Garoña (Burgos, España), cuyo cierre fue dictado por el gobierno el pasado 1° de agosto.
Si bien el proceso de extraer el combustible gastado de Garoña podría concretarse en cinco o seis años, Ensa aseguró que tiene capacidad de comprometerse a terminar el pedido en tres años, ya que la línea de gestión de combustible es una de las más importantes para la empresa.
En otras oportunidades, ENSA ya fabricó para Garoña cinco contenedores de tipo Enun52B. Pero, ahora, el objetivo es ganar el licenciamiento de los futuros contenedores en los que deberá guardarse todo el combustible gastado en el reactor.
La central nuclear Garoña —propiedad de la empresa Nuclenor y con participación de Endesa e Iberdrola— se clasifica como de tipo agua en ebullición (BWR). Fue inaugurada en 1970 y era, desde el 2006, la central nuclear más antigua de España.
Con una potencia de 466 megavatios, la central -que contaba con permiso de explotación hasta julio de 2013- dejó de producir electricidad en diciembre de 2012, debido a un impuesto sobre el combustible que Nuclenor estimó que le supondría un costo inasumible.