Por Laura Cukierman. En U-238 # 22 Julio – Agosto 2016
Tres físicos del Instituto Balseiro fueron elegidos por la Singularity University para participar de un programa de aceleración de empresas startups, en el corazón de Silicon Valley, en Estados Unidos. Allí, en la prestigiosa universidad, tendrán la oportunidad de hacer crecer su proyecto tecnológico: un sensor de viscosidad de la sangre. Una muestra más de lo importante que es llevar adelante una buena política de concursos.
Nadim Morhell, Darío Antonio y Hernán Pastoriza son los tres doctores en Física egresados del Instituto Balseiro que fueron seleccionados por la Singularity University para participar de un programa de aceleración de empresas startups o emergentes. Dentro del Programa de Soluciones Globales, Silicon Valley se les da la oportunidad de aprender herramientas de transferencia tecnológica y negocios de la mano de líderes de trascendencia mundial. Después de siete semanas, junto con los demás participantes de distintos países, deberán demostrar la factilibidad de crecimiento de la compañía, lo que incluye explicar cómo podrá impactar su proyecto de forma positiva a mil millones de personas en una década. De esta forma, los físicos Hernan Pastoriza y Darío Antonio comenzaron a interiorizarse sobre todo lo relacionado con el mundo de los negocios en el mítico centro de innovación tecnológica californiano. Mientras, Nadim Morshel se queda en Bariloche iniciando las operaciones de la flamante startup, que nació como concepto en un laboratorio del Centro Atómico Bariloche en 2010 y que legalmente fue creada este año.
El proyecto ganador
El producto a partir del cual crearon la startup es un dispositivo de diagnóstico médico que mide la viscosidad de fluidos, llamado microviscosímetro. Un dispositivo totalmente innovador que llamó la atención a la Singularity University por su potencial impacto mundial en el campo del diagnóstico clínico ya que tiene la gran particularidad de medir la viscosidad de la sangre de bebés con tan sólo una gota de muestra. Es un microchip de 1 cm x 1 cm fabricado con técnicas de micromaquinado y compuesto por estructuras micrométricas donde se mide el movimiento del líquido que se quiere analizar. El dispositivo aporta una nueva información para prevenir y monitorear diversos problemas circulatorios asociados a la hiperviscosidad sanguínea en neonatología y otras condiciones que requieren monitoreo periódico. Los responsables del proyecto explicaron que la microfabricación es por ahora difícil ya que se realiza en laboratorios de ambiente controlado con filtros de aire que garantizan un alto nivel de limpieza. Los primeros prototipos se realizaron en la Sala Limpia del Centro Atómico Bariloche y el desafío ahora es aumentar la escala de producción en serie.
El proyecto nació de una pregunta fundacional: ¿es posible fabricar un sensor que pueda diagnosticar la hiperviscosidad de la sangre de bebés con sólo una gota de sangre? En realidad, el interrogante fue planteado por la neonatóloga María Zalazar, del Hospital Zonal de la ciudad de Bariloche. Hernan Pastoriza tomó la inquietud y lo propuso como tema de tesis en la orientación de física tecnológica de la maestría en ciencias físicas del Instituto Balseiro. Por su lado, Nadim Morhell aceptó el tema y realizó su investigación, dirigido por Pastoriza, en el Centro Atómico Bariloche de la CNEA. En 2010 aprobó su tesis al demostrar un rotundo sí a la pregunta planteada por Zalazar. Ya existían otros viscosímetros en el mercado pero más costosos y que demandaban una calibración inicial y una mayor cantidad de muestra. “Demostramos que podíamos miniaturizar el sensor en forma de un chip, logrando el diagnóstico con sólo una gota de fluido”, explicó Morhell, quien es en la actualidad docente en el Balseiro. En 2010, el proyecto de Morhell ganó el primer premio del concurso IB50K, un certamen de planes de negocios promovido por el Instituto Balseiro. El premio consistía en una suma de 30 mil dólares, que fue invertida en incubar el innovador desarrollo. Para el joven, esa oportunidad fue muy importante y a la vez un puntapié para postularse a otros pedidos de subsidios de transferencia tecnológica. Con el fin de averiguar si el desarrollo podía ser posicionado con éxito en el mercado y potencialmente ponerse en práctica en hospitales de la Argentina y de otros países del mundo, en 2014 otro egresado del Balseiro, Darío Antonio, se sumó al equipo de Morhell y Pastoriza. Este equipo de científicos ganó a su vez diversos subsidios, entre ellos uno del programa “Presemilla” de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) y otro del programa de fortalecimiento de empresas entre la Argentina y la Unión Europea “Nanopymes”. El último subsidio que recibieron fue de la línea “Empretecno” del FONARSEC de la Agencia de Promoción Científica, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. “Como el proyecto fue desarrollado con infraestructura y recursos humanos de la CNEA, el CONICET e INVAP, las tres instituciones firmaron un convenio asociativo público-privado para poder recibir este subsidio del MinCyT”, explicó Pastoriza. “Este tipo de premios y subsidios son fundamentales para ayudar a transferir la tecnología a la sociedad”, opinó Hernan Pastoriza. Y agregó que “el INVAP es un ejemplo de caso exitoso de transferencia de tecnología a la sociedad. Ojalá podamos ser tan exitosos como INVAP, aunque en otro ámbito. El desafío más grande ahora es hacer el salto al mercado”. Darío Antonio, que se recibió de Licenciado en Física en 2004 y Doctor en Física en 2008 en el Instituto Balseiro, destacó que las expectativas de la experiencia en la Singularity University “son muy grandes porque es gente que está en el corazón de las startups tecnológicas, en Silicon Valley”.
La importancia de los concursos
El Instituto Balseiro es una institución de enseñanza universitaria pública y gratuita que tiene como objetivo formar profesionales de alto nivel. Depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo. Los ingresantes reciben becas completas otorgadas por la CNEA, que garantizan una dedicación exclusiva al estudio, en el entorno de investigación científica y desarrollo tecnológico del Centro Atómico Bariloche. Pero además de tener un importante sistema de becas, el instituto promueve y alienta los concursos como el que permite a estos tres científicos llegar al corazón de la vanguardia tecnológica en Estados Unidos. Uno de ellos es el IB50K, un Concurso de Planes de Negocio de Base Tecnológica, promovido por el Instituto Balseiro, que ya abrió su inscripción para este año para todos aquellos que tengan un proyecto y quieran iniciar un camino similar a que realizaron los tres físicos ganadores.
“Para nosotros el desafío es que las capacidades que se generan en las universidades de nuestro país y los jóvenes con alta inventiva y formación, no solamente puedan pensar en ser empleados de, sino ser capaces de formar equipos y generar nuevas empresas de bases tecnológicas. Complejizar la matriz productiva a partir de la incorporación de conocimiento, ese conocimiento generado a través de los jóvenes”, explica la Dra. María Luz Martiarena, una de las integrantes de la Comisión Organizadora del Concurso. De esta manera, el IB50K está dirigido a grupos en los que al menos la mitad de sus integrantes sean jóvenes, menores de 35 años, estudiantes regulares y/o profesionales graduados en las áreas de Ciencias Aplicadas, Básicas y de la Salud de todas las universidades de la República Argentina. Las áreas en las que se aceptan proyectos son: Nano y Micro-tecnología, Tecnología Aplicada a la Energía, Biotecnología, Física Médica, Tecnología Nuclear y Tecnología de la Información y las Comunicaciones. Se otorgarán 50.000 dólares a los tres mejores proyectos y en esta nueva edición se agregan dos distinciones especiales: una de 5.000 dólares para Proyectos Originados en la Sociedad, otorgada por el CONICET, y otra de 3.500 dólares como Premio Especial en Biotecnología otorgada por el INTA. Otro de los premios especiales en la edición 2016 del Concurso IB50K será aportado por el Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social (CITES), del Grupo Sancor Seguros. También se suma la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), con un Premio de 3K al Mejor Proyecto de Nanotecnología; la Secretaría de Políticas Públicas Universitarias (SPU), con un Premio de 2.5K al Proyecto de Mayor Impacto Social; la Fundación Ar en diseño al mejor y al último de los Proyectos Finalistas; y la Universidad del Litorial (UNL) también acompañará al IB50K. Hasta el 8 de agosto todos los interesados tienen tiempo de presentar su proyecto de desarrollo de empresas de innovación tecnológico e iniciar un camino que puede terminar con el desarrollo de una empresa propia.