Los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO), empresa operadora de la Central Nuclear japonesa Fukushima, empezaron a utilizar una especie de aspiradora capaz de absorber objetos de hasta 20 kilos de peso de manera segura. El aparato mide unos 13 metros de altura y 5 de anchura, y es operado mediante una grúa.
El objetivo principal del mecanismo es recolectar los escombros radiactivos esparcidos sobre el reactor 1. En marzo de 2011, un día después del terremoto y tsunami que afectaron a Japón, el último piso del edificio de esta unidad sufrió una explosión por concentración de hidrógeno.
El estallido destruyó el tejado de esta planta que ha quedado cubierta de pequeños escombros -desde cemento a fragmentos metálicos- altamente contaminados que suponen un obstáculo en el complejo proceso de retirar el combustible fundido del interior de la vasija del reactor.
Según informaron desde TEPCO, se tiene previsto acabar esta operación en julio y proceder luego a retirar los desechos de mayor tamaño. Los plazos establecidos prevén que la retirada de combustible fundido del interior del reactor 1 pueda realizarse dentro de unos cuatro años.