La central nuclear de Fukushima (Japón) descargó al mar 838 toneladas de agua radiactiva tratada, la cual “cumple estándares estrictos” en lo que se refiere a sus niveles de contaminación, según informó la Tokyo Electric Power (TEPCO).
Se trata del primero de los vertidos de este tipo que la empresa operadora TEPCO pretende realizar regularmente para evitar fugas de líquido contaminado. De esta manera, se estima reducir el volumen de agua de acuíferos subterráneos que se filtra dentro de los edificios de los reactores dañados, donde se mezcla con el líquido altamente radiactivo empleado para refrigerar las unidades y amenaza con fluir de nuevo hacia el exterior para terminar en el mar.
Para ello, se ha instalado un sistema de bombas en 41 pozos conectados a estos acuíferos, a través de las cuales drena el agua y se la conduce a un circuito de depuración. Allí el agua es tratada mediante un sistema que elimina todos los isótopos radiactivos a excepción del tritio.
Según explicó la empresa y una organización externa que ha analizado el líquido, el volumen de tritio en el agua vertida se sitúa entre los 330 y los 600 becquereles por litro, por debajo de los 1.500 que la ley nipona establece como límite para vertidos.
La operadora TEPCO ha comenzado a realizar las descargas tras obtener el visto bueno de las autoridades locales y los pescadores de Fukushima, quienes aceptaron finalmente el plan a cambio de que el Gobierno nipón y la eléctrica continúen abonándoles indemnizaciones mientras la situación en la planta siga afectando a sus actividades.