Por Sebastián de Toma. En U-238 #16 Marzo-Abril 2015.
El 20 de diciembre de 1951 un reactor nuclear produjo energía eléctrica utilizable por primera vez: lo suficiente como para encender cuatro bombitas de 100 vatios. Se trata del Reactor Experimental Reproductor Número Uno (EBR-I, por sus siglas en inglés), ubicado en las praderas desérticas de Idaho, Estados Unidos. Aquel hecho, que hoy puede parecer casi trivial, fue un hito que marcó lo que vendría, los reactores comerciales y pacíficos que brindan electricidad en todo el mundo.
La construcción del EBR-I empezó a finales de 1949 en la Estación de Testeo Nacional, hoy conocido como el Laboratorio de Ingeniería Nacional de Idaho, que con el paso del tiempo, fue hogar de más de cincuenta reactores nucleares. El reactor fue diseñado por Walter Zinn y el Laboratorio Nacional Argonne, y fue instalado a principios de 1951. En mayo de aquel año tuvo lugar el primer intento de llevar el nuevo reactor a estado crítico, pero no lo lograron: se determinó que no había combustible suficiente en el núcleo. Se consiguió más uranio y se fabricaron de combustible ligeramente más largas. Ese proceso demoró casi tres meses y fue así como, el 24 de agosto de 1951, se consiguió que el reactor alcanzase su primera criticidad. Aquellos que estuvieron presentes aquel día dejaron testimonio del momento histórico: escribieron su nombre con tiza en una de las paredes del lugar. Operando a toda su capacidad, el EBR-I producía 1,2 megavatios de calor. La masa del núcleo cuando el reactor logró el estado crítico era de 52 kilogramos de uranio-235 y tenía el tamaño de una tostadora.
El reactor no tenía como objetivo producir electricidad sino validar los principios de la física nuclear: se sospechaba que era posible producir energía eléctrica. En 1953 los experimentos determinaron que la planta estaba produciendo combustible adicional durante la fisión nuclear. Además de ser el primer reactor en donde se generó energía eléctrica, fue el primero en el que se utilizó plutonio como combustible.
Once años después, el 27 de noviembre de 1964, la planta fue la primera en producir electricidad con un núcleo de plutonio. Durante el siguiente año, el reactor proveyó datos invaluables acerca de cómo producir energía nuclear con un reactor alimentado con plutonio y ayudó a mejorar la comprensión que tenían los científicos sobre el comportamiento del plutonio dentro un reactor en operación.
El EBR-I fue desactivado en el 30 de diciembre de 1963 y sustituido por un nuevo reactor, el EBR-II. El 25 de agosto de 1966 fue declarado Sitio Histórico por el presidente de Estados Unidos de ese entonces, Lyndon Johnson, y por el Premio Nobel, el físico Glenn Seaborg. Hoy, la central puede visitarse cuando se abre al público: entre el Memorial Day (Día de los Caídos en Guerra, que se conmemora el último lunes de mayo de cada año) y el Labor Day o Día del Trabajo, que se celebra el primer lunes de septiembre.
Breve cronología del EBR-I
- El 20 de diciembre de 1951 el reactor se convirtió en la primera planta nuclear en producir electricidad utilizando energía atómica.
- En 1953, pruebas en el EBR-I confirmaron que un reactor puede crear más energía de la que consume.
- El reactor operó durante 12 años antes de ser apagado completamente en diciembre de 1963.
- En 1966, el presidente Lyndon Johnson convirtió al EBR-I en Sitio Histórico.
Museo nuclear
Hoy el EBR-I es un museo dedicado a la energía nuclear. Allí, el visitante puede observar dos prototipos de aeronaves propulsadas por energía nuclear (una idea que no terminó de llevarse a cabo, para el pesar de los escritores de ciencia ficción), la sala de control del reactor, equipamiento para manejar material radiactivo a distancia, entre otras maravillas atómicas. Y, claro, a la salida se puede adquirir la consabida memorabilia.