Se dio inicio a la última fase de la construcción de un muro de hielo subterráneo alrededor de la central nuclear Fukushima 1 (Japón) para impedir la contaminación del agua de mar con sustancias radiactivas.
La compañía TEPCO, propietaria de la central, comenzó las obras en marzo de 2016, pero dejó una sección de siete metros sin congelar por temor a una reducción repentina de los niveles de agua subterránea alrededor de los edificios.
TEPCO considera un paso clave la finalización de la barrera de hielo de un kilómetro y medio ya que, una vez terminado, el muro deberá reducir el flujo de agua subterránea de 140 toneladas al día a menos de 100.
Para construir el muro se insertaron en la tierra, alrededor de los cuatro reactores de la central, más de 1.500 tuberías hasta una profundidad de unos 30-35 metros. A través de ellas, se inyecta una solución salina a una temperatura de menos 30 grados que congela la tierra en contacto con las canalizaciones y crea así una barrera helada.