La colaboración entre la Dirección Nacional del Antártico (DNA) del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y el Departamento Energía Solar de la CNEA permitió dejar operativo un sistema de generación eléctrica con paneles solares en cercanías de la Base Carlini.
En el marco de la última Campaña Antártica de Verano, un grupo de profesionales de la CNEA colocó y puso en funcionamiento una instalación fotovoltaica autónoma en el Refugio Elefante, dependiente de la Base Carlini, el principal asentamiento científico permanente de nuestro país en la Antártida. El refugio está a 2,6 km de la base y se encuentra en un área protegida usada por los científicos para el estudio de la flora y fauna del lugar.
La instalación tiene como fin abastecer de 1kWp de energía al refugio. Está compuesta por cuatro módulos fotovoltaicos, una batería de 48V de tecnología de Litio y un inversor de tensión 48VDC/220VAC.
Paneles solares, investigación científica y cuidado del ambiente
La Base Carlini está ubicada en Caleta Potter, isla 25 de Mayo, en el archipiélago Shetland del Sur. Cuenta con dos laboratorios: el Laboratorio Antártico Multidisciplinario Carlini (LACAR) y el Laboratorio Argentino, pero una parte importante de las tareas científicas se desarrollan desde los refugios Albatros y Elefante, que se encuentran en las cercanías de la base.
Este último refugio contaba con un grupo electrógeno pequeño a nafta para alimentar los consumos eléctricos (iluminación, computadoras, cámaras, celulares, microscopios) de los científicos que se quedan varios días trabajando allí, principalmente sobre las colonias de pingüinos y elefantes marinos ubicadas en la playa cercana. La construcción tiene 25 m², es utilizada de octubre a marzo y cuenta con una capacidad para siete personas.
El objetivo del trabajo del equipo del Departamento Energía Solar de la CNEA -integrado por Sebastián Muñoz, Daniel Raggio, Oscar Romanelli y Carlos Rinaldi- fue realizar una instalación fotovoltaica autónoma que permitiera abastecer todos los consumos eléctricos en el lugar.
Así, desde febrero los investigadores que desarrollan actividades en el mencionado refugio pueden prescindir de la utilización de energía generada mediante sistemas de combustión. «Esta característica es sumamente importante, debido a que el mencionado refugio carecía de otro tipo de sistemas de alimentación por no encontrarse en las cercanías de la Base Carlini. Es por ello que el sistema instalado será de gran utilidad durante las próximas campañas antárticas para las actividades que se desarrollen en él», comentó el biólogo Walter Mac Cormack, líder de Proyecto de la Dirección Nacional del Antártico.
El científico destacó también que «la generación de energía eléctrica por este método alternativo no sólo simplifica las tareas por la facilidad de operación del mismo, sino que evita la emisión de productos de combustión de hidrocarburos en el Continente Antártico, contribuyendo así al cuidado del medio ambiente».
Desafío tecnológico
Para evaluar el buen funcionamiento de los equipos frente a las bajas temperaturas y el clima hostil del lugar donde se instalarían, los profesionales de la CNEA realizaron diversos ensayos en los laboratorios del Departamento Energía Solar en el Centro Atómico Constituyentes (CAC). «Se probó también la ubicación de los paneles fotovoltaicos a fin de optimizar el funcionamiento de éstos, incluyendo el análisis del tipo de estructura que iban a sostenerlos», comentó Carlos Rinaldi, miembro del equipo que viajó a la Antártida.
Desde la Base Carlini, el traslado de los equipos hasta el refugio se realizó por vía marítima, contándose además con la colaboración de buzos. Junto con los científicos que trabajan en el lugar se decidió ubicar los paneles solares sobre una pared lateral del refugio por cuestiones de seguridad. El resto de los equipos se instaló en el interior. Todo el trabajo se realizó bajo un clima adverso, por lo que los profesionales de la CNEA destacaron la colaboración prestada por el personal de la base.
«La instalación cumplió los objetivos proyectados y su funcionamiento permitió el reemplazo del equipo existente, evitando así las emisiones de gases de efecto invernadero y ruidos que alteran a la fauna del lugar», concluyó Rinaldi.
La CNEA y la energía solar
Hace más de 40 años que el Departamento Energía Solar de la CNEA lleva adelante actividades de investigación y desarrollo en el área de la energía solar fotovoltaica. Además de las aplicaciones terrestres y espaciales, el equipo de investigadores trabaja en dispositivos fotovoltaicos y técnicas de caracterización.
Dentro del Centro Atómico Constituyentes se realizó la instalación de paneles solares en la terraza y en un alero del tercer piso del Edificio Tandar, y en la cubierta del acceso vehicular, los cuales generan unos 14.000 kWh al año que son inyectados a la red eléctrica del edificio, permitiendo reducir el consumo convencional.
Junto con la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y empresas privadas, la CNEA conformó el Consorcio IRESUD que lleva realizadas más de 50 instalaciones en universidades, municipalidades y otros organismos públicos y privados.
En 2014, especialistas de la CNEA realizaron la instalación de paneles solares interconectados a la red eléctrica de la Base Antártica Marambio, la cual alcanzó notables niveles de desempeño en comparación con registros tomados de instalaciones similares en centros urbanos a lo largo de un año, llegando a producir el 60% de lo que se genera en lugares como Buenos Aires.