Investigación astrobiológica

La CNEA colaboró en una investigación astrobiológica, y analizó en sus instalaciones del Centro Atómico Constituyentes los resultados de las irradiaciones.

CNEA participó de una investigación astrobiológica junto a CONICET Dialoga y especialistas de otros países. La iniciativa investigó la chance de que algunos meteoritos transporten microorganismos vivos alojados dentro un tipo de cristales de sal llamado halita. «El objetivo fue analizar si este tipo de
cristales puede aumentar las posibilidades de supervivencia de los
microorganismos en su viaje espacial», informó la CNEA.

El Centro Atómico Constituyentes tuvo un rol fundamental: se hicieron observaciones al microscopio y se analizaron los resultados de las irradiaciones. «Nuestros laboratorios en CNEA estudian desde hace años los efectos de la radiación ultravioleta sobre microorganismos», señaló el Dr. en Bioquímica Oscar J. Oppezzo, integrante de la División Radiomicrobiología del Departamento de Radiobiología.

«Este proyecto nos brindó la posibilidad de participar en una investigación relacionada con el ultravioleta de vacío y aplicar nuestra experiencia previa a una nueva línea de investigación, que continúa con la adaptación de nuestros equipos y protocolos a otros estudios en el campo de la astrobiología”, destacó Oppezzo.

Además, remarcó que «lo aprendido en estos ensayos acerca de la supervivencia de microorganismos expuestos a la radiación ultravioleta podría contribuir a mejorar procesos de desinfección de aguas potencialmente aplicables en actividades de la CNEA“.

«Esta investigación se da en el contexto de la hipótesis de la
litopanspermia, que postula la transferencia de organismos microscópicos entre planetas y sistemas planetarios a través de meteoritos. Si hubiera microorganismos viajando en meteoritos y si esos microorganismos fuesen capaces de sobrevivir todo ese proceso, entonces se produciría transferencia interplanetaria de vida», subrayó la Dra. en Ciencias Biológicas y Astrobióloga, Ximena C. Abrevaya. La profesional del CONICET realizó los principales experimentos.