En el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu, un equipo de 60 investigadores del Instituto Balseiro y el Centro Atómico Bariloche (dependientes de la Comisión Nacional de Energía Atómica) acaba de desarrollar un método que emplea el láser para lograr el enriquecimiento de uranio.
Se trata de una tecnología de punta en el mundo, y que consume mucha menos energía, además de ser más económico y eficiente. Actualmente, son capaces de enriquecer uranio menos de una decena de países, entre los que se encuentran Estados Unidos, algunos de la Unión Europea, Australia y Rusia.
Hasta ahora, para enriquecer uranio existían dos tecnologías distintas: la difusión gaseosa, desarrollada en 1944, y la centrifugación. Ahora, este nuevo método -resultado de tres años de trabajo en el marco del proyecto Silvar- consiste en la separación isotópica utilizando láser en vapor atómico de uranio.
Con este nuevo método, se deposita el metal en una canasta de tungsteno por la que pasan 400 amperes de corriente y que alcanza unos 4000 grados de temperatura. El uranio metálico se calienta a alrededor de 2500 grados Celsius y se evapora. Entonces, se iluminan los átomos de uranio 238 y 235 con dos láseres, uno sintonizable y otro, ultravioleta.
Los átomos de uranio 235 absorben la luz amarilla rojiza, y el ultravioleta les quita un electrón (los «ioniza», es decir quedan con carga positiva). Después, un espectrómetro de masa detecta cuáles son unos y otros.
Hasta ahora, los científicos de la CNEA sólo produjeron una pequeña cantidad de uranio enriquecido al 19,7% con esta nueva tecnología. Y si bien para encarar la producción en gran escala se necesitaría continuar con la investigación y superar otro tipo de desafíos, ya se cumplió la prueba de concepto.
Este tipo de avances tecnológicos no sólo permite pensar en la posibilidad de autoabastecimiento de un insumo decisivo en un escenario de problemas energéticos y restricción de exportaciones por parte de los proveedores habituales, sino también en desarrollos que abren la puerta a exportaciones de alto valor agregado e impacto industrial.