Los doctores en física Sebastián Risau-Gusman y Pablo Gleiser, investigadores del CONICET en el Centro Atómico Bariloche y el Instituto Balseiro, examinaron el rol de la proteína PER, que regula el reloj biológico, y descubrieron un mecanismo que puede acortar o alargar la duración del llamado ciclo circadiano.
Todos los organismos tienen un «reloj biológico» en el cerebro, que regula todos los procesos fisiológicos –como el sueño– en ciclos circadianos de alrededor de 24 horas a partir de información que reciben del ambiente, como la luz y la temperatura.
Lo que los científicos del Instituto Balseiro descubrieron, ahora, es que la proteína PER experimenta una reacción química, llamada «fosforilación», que puede actuar como «señal de ajuste» de ese reloj, acortando o alargado el ciclo.
La investigación de estos científicos fue publicada en «The Journal of Theoretical Biology» y, si bien es un trabajo teórico basado en evidencias, podría servir a científicos que trabajan líneas de investigación orientadas al diseño de nuevas intervenciones en pacientes que sufren de insomnio o jet-lag (descompensación horaria).