Los aparatos electrónicos que conforman el Sistema de Control de Seguridad Nuclear del ITER –el reactor experimental de fusión que se construye en Cadarache (Francia)– fueron sometidos a una serie de pruebas para demostrar que pueden seguir realizando sus funciones de manera segura, incluso en caso de un terremoto.
La misión del sistema de control de seguridad nuclear en el ITER tiene como objetivo proteger a las personas y el entorno ante supuestos incidentes mediante la instrumentación y el control. De esta manera, se encarga de detectar incidentes o accidentes, así como de controlar todas las acciones necesarias para prevenir o mitigar dichas situaciones.
Las pruebas sísmicas a este sistema de control estuvieron a cargo de la empresa española Virlab, que desarrolla su actividad en el campo de los ensayos dinámicos de vibraciones y choques. El objetivo de estas pruebas es demostrar que los sistemas de seguridad nuclear ejecutan adecuadamente sus funciones durante y después de un terremoto de nivel sísmico 2.
Las pruebas se realizaron sobre una mesa de vibratoria que reproducía el movimiento y la aceleración que se producirían durante un terremoto. Durante las mismas, también se realizaron otra serie de ejercicios que simulaban la operación normal del sistema, lo cual permitió a los técnicos de Virlab verificar que esta operación no se veía afectada por un supuesto terremoto.
En tanto, para analizar el supuesto de que un terremoto ocurra al final de la vida operativa del ITER tras décadas de operación, los componentes sometidos a las pruebas habían sido anteriormente «envejecidos». Así, se expusieron los componentes electrónicos a condiciones medioambientales y operacionales desfavorables.
Los resultados de estas pruebas sísmicas se incorporarán a los archivos de cualificación del sistema de control de seguridad nuclear. Todos «estos pasos de gran importancia» demostrarán, según Virlab, la capacidad del sistema para cumplir con los requisitos en cualquiera de las condiciones de operación postuladas.
