Tras estrictas inspecciones, Japón reactivó el reactor número 3 de la central nuclear de Ikata, situada en la prefectura de Ehime. Esta es la tercera planta que entra en funcionamiento en el país asiático bajo una normativa de seguridad más estricta, aprobada después del accidente de Fukushima en 2011.
Según las previsiones de la compañía operadora Shikoku Electric Power, la unidad que llevaba cinco años inactiva, empezará a comercializar su energía eléctrica en el mes de septiembre. De esta manera, Ikata es, actualmente, el único reactor activo en Japón que emplea MOX, un combustible que combina uranio y plutonio.
Pese a las protestas sociales, el gobierno nipón defiende la necesidad de retomar la energía nuclear para estimular el crecimiento económico: pretende que para 2030 entre el 20 y el 22 por ciento de la electricidad proceda de centrales nucleares (antes del accidente de Fukushima aportaban casi un 30 por ciento).