Durante la madrugada del pasado martes 6 de mayo, la unidad I de la central nuclear Ascó, España, fue desconectada de la red eléctrica para iniciar los trabajos correspondientes a la 23ª recarga de combustible, que dará lugar a un nuevo ciclo de operación de 18 meses.
Según la Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs (ANAV), empresa propietaria de la central, durante esta parada se sustituirán 64 de los 157 elementos combustibles que componen el núcleo del reactor. Además, se realizarán trabajos orientados a la operación segura y a largo plazo de la central, como la limpieza química de los generadores de vapor y la prueba periódica de comprobación de la estanqueidad del edificio de contención.
Por otro lado, se van a ejecutar a lo largo de esta recarga otros trabajos significativos como la inspección de los generadores de vapor por medio de corrientes inducidas, la sustitución de un motor del generador diésel B y la inspección mecanizada de la vasija con un equipo especializado.
Durante la parada, se ejecutarán cerca de 10.500 órdenes de trabajo, de las cuales un 75% corresponden a tareas de mantenimiento preventivo e inspecciones; un 7,3%, a trabajos correctivos; otro 8,2% a trabajos auxiliares y el 9,5% restante a modificaciones de diseño en la central. Para ello, será necesario incorporar unos 1.000 profesionales procedentes de unas 50 empresas distintas, que se suman al personal que trabaja en la central de forma permanente.