El gobierno español ha aprobado un nuevo decreto que permite a las plantas de energía nuclear recientemente apagadas renovar sus permisos de operación. Este cambio en la regulación podría llevar a la reanudación de la central de Santa María de Garoña (Burgos).
El decreto, sin embargo, incluye una cláusula que establece que solo los propietarios de los reactores nucleares que han detenido las operaciones por razones distintas a la seguridad nuclear o la protección radiológica pueden solicitar la renovación de su licencia de explotación.
La central nuclear de Garoña dejó de producir electricidad en diciembre de 2012, ante la inminente sanción de un nuevo impuesto al combustible nuclear que le iba a suponer un costo adicional de unos 152 millones de euros. Meses más tarde, el 6 de julio de 2013, se decretó oficialmente el cese de explotación.
El Consejo de Seguridad Nuclear español (CSN) consideró que las instalaciones de la planta son adecuadas para el funcionamiento hasta 2019, si se realizan ciertas mejoras técnicas. Sin embargo, Nuclenor, la operadora de la central, aún no ha decidido si reiniciará la generación de electricidad.