La actividad no registró accidentes y cumplió los objetivos de Seguridad.
La central nuclear de Trillo ha concluido las actividades de su XXXVII recarga y lo ha hecho siendo la cuarta recarga consecutiva sin accidentes con baja. Durante esta parada se han incorporado a la instalación más de 1.000 trabajadores adicionales a la plantilla habitual de unas 40 empresas colaboradoras especializadas, nacionales e internacionales. La instalación se encuentra en situación disponible a la espera de las indicaciones del Despacho de Carga para su conexión a la red eléctrica nacional.
Entre otras actividades, se ha llevado a cabo la renovación de los elementos combustibles, la ejecución de pruebas requeridas por las Especificaciones de Funcionamiento y la revisión o prueba de instalaciones, equipos y componentes necesarias para asegurar el correcto funcionamiento de la planta en el nuevo ciclo de operación. En total se han ejecutado 20.000 órdenes de trabajo y se han implantado 21 modificaciones de diseño destinadas a mejorar las instalaciones adaptándolas a los nuevos requisitos industriales, continuar con la actualización y renovación tecnológica de la instalación y a potenciar la fiabilidad y seguridad de la planta.
La Central Nuclear de Trillo fue concebida como una central de base, es decir, de funcionamiento ininterrumpido y alto grado de disponibilidad. Es capaz de asegurar una producción cercana a los 8.000 millones de kilovatios hora al año.
El 1 de mayo de 1986 el Ministerio de Industria aprobó el comienzo de las primeras pruebas, y el 4 de diciembre de 1987 se concedió el permiso de explotación provisional. El 6 de agosto de 1988 se inició la explotación comercial.
La Central genera el 3% de la demanda eléctrica anual de toda España, equivalente al consumo de 2 millones de hogares. Con su operación evita la emisión de más de 2,5 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. La operadora de la planta, Centrales Nucleares Almaraz-Trillo (CNAT), invierte más de 40 millones de euros al año en la mejora, actualización y modernización de los equipos.
Trillo soporta una carga fiscal de 180 millones de euros, tras la subida del 30% de la tasa de ENRESA.