A poco de cumplirse un nuevo aniversario del accidente ocurrido en la Central Nuclear de Fukushima Daiichi, en Japón, la industria nuclear a nivel mundial está volviendo a renacer. Y esto se ve reflejado en la cantidad de nuevas plantas de generación atómica en construcción.
En China, por ejemplo, hay más reactores en construcción (28) que en funcionamiento (21). Rusia, India, Finlandia, Reino Unido, entre muchos otros países, cuentan con proyectos para cubrir su demanda eléctrica con más energía nuclear. Estados Unidos aprobó recientemente avales por un valor de 6.500 millones de dólares para construir dos nuevos reactores en Vogtle (Georgia), los primeros en más de tres décadas.
De acuerdo con José Emeterio Gutiérrez, vicepresidente ejecutivo de combustible nuclear de Westinghouse, empresa líder en proyectos nucleares, “se puede decir que en todo el mundo, tras el shock que supuso Fukushima, se reactivan proyectos e iniciativas que fueron puestos en cuarentena por un tiempo. En este momento hay 71 proyectos de construcción de centrales nucleares en todo el mundo, en distintas fases de avance”.
Por su parte, Luis Echávarri, director de la agencia nuclear de la OCDE, señala que “se está superando el efecto de Fukushima”. “El accidente afectó a todo el mundo. Entonces había 65 centrales en construcción. Quitando dos en Japón, ninguna se paró, pero países como China hicieron una pausa para analizar el impacto en los nuevos proyectos; pausa que ya ha levantado”, añade.
Ambos especialistas concuerdan que el accidente de Fukushima obligó al resto de los países a reforzar la seguridad en las centrales. “Y si algunos proyectos quedaron aparcados fue por razones económicas, porque la crisis económica redujo sustancialmente la demanda de energía eléctrica, y por tanto la necesidad de más potencia”, asegura Gutiérrez.
Fukushima “implicó un retraso en las decisiones”, concede Echávarri. Y esto se ve reflejado con la situación de la energía nuclear en Asia. “China e India buscan cubrir una parte muy significativa de su creciente demanda eléctrica con energía nuclear. Es la única manera que tienen de generar energía de forma masiva, limpia y barata”, asegura Gutiérrez. “Si la capacidad que tienen previsto cubrir con nuclear la hiciesen con carbón y gas, las consecuencias económicas y climáticas serían muy negativas”, añade.
En Europa, los ojos de la industria nuclear están puestos en el Reino Unido. Londres tiene en marcha un plan para construir en una década ocho centrales nucleares que reemplacen a las actuales, pero las empresas piden garantías públicas (como en EE.UU.) antes de decidirse a invertir miles de millones en infraestructuras con un larguísimo periodo de amortización.
Mientras tanto, los nuevos proyectos nucleares en el resto de Europa son escasos y sufren retrasos, como en Finlandia. En mayo del 2011, el Gobierno alemán anunció un plan para cerrar todos los reactores en 2022 y dar preferencia a las energías renovables. Francia, por su parte, anunció recientemente que quiere reducir a la mitad el peso de energía nuclear en la producción eléctrica antes de 2025.