Por Laura Cukierman. En U-238 Noviembre 13
El desarrollo en energía nuclear de la región nos ha enfrentado en los últimos años con una situación clara: es imposible pensar la unión regional sin tener en cuenta la integración en energía nuclear. Para ello, es fundamental contar con redes de cooperación y de trabajo. La Red Latinoamericana para la Educación en Tecnología Nuclear (LANENT) es una gran experiencia en este sentido. Un camino más hacía la integración regional.
La Unión de las Naciones Suramericanas, UNASUR, nació con el propósito fundamental de alcanzar una integración de la región con el fin de reducir las asimetrías y desigualdades y alcanzar una mayor calidad de vida de los más de los 400 millones de habitantes que la componen. Sus naciones miembro han decidido impulsar de manera participativa y consensuada, un espacio de diálogo y el emprendimiento de proyectos comunes y establecer las bases para promover una efectiva integración en materia cultural, social, económica, política, energética y de infraestructura en América del Sur, con el propósito de enfrentar unidos los desafíos del desarrollo y la equidad socioeconómica entre sus Estados miembros.
Desde el momento mismo de la firma de su Tratado Constitutivo en 2008 se consideró que la integración energética juega un papel central en la región para alcanzar dicho objetivo. Es que la tecnología nuclear no sólo comprende aspectos propiamente energéticos sino que también tiene una gran relevancia en áreas como la medicina, la industria, la agricultura y el medio ambiente. Hoy tiene un protagonismo fundamental en el desarrollo de nuestras sociedades. De esta manera, son varias las iniciativas que se intentan promover desde los diferentes países para abordar la cooperación en materia energética, siempre privilegiando la mirada integradora.
En este sentido en 2002, durante la Conferencia General del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), se adoptó una resolución para enfatizar la importancia de la gestión del conocimiento en el ámbito nuclear. Se recomendaba promover el fortalecimiento de asociaciones, instituciones educativas y universidades, para preparar la próxima generación de científicos e ingenieros nucleares. En esta misma dirección, ya en 2009 , la Sección de Gestión del Conocimiento del OIEA organizó una reunión consultiva en San Carlos de Bariloche donde se discutió la necesidad de implementar una red con el objetivo de integrar, en América Latina y el Caribe, los recursos para la educación y el entrenamiento en el área nuclear como así también fomentar actividades de extensión destinadas a generar conocimiento público en general y a potenciales estudiantes en particular, sobre las ventajas de la energía nuclear.
Argentina tiene una larga tradición en educación de energía nuclear. Tal es el caso de la carrera de Ingeniería Nuclear que se dicta en el Instituto Balseiro desde hace más de tres décadas junto a los muchos cursos de posgrado y de capacitación en tecnología nuclear. También, las carreras y cursos en física médica y con opciones en Medicina Nuclear que se dictan en distintas instituciones argentinas son ejemplos de esta tradición que tiene el país. La expansión e intercambio de dicho conocimiento con otras naciones de la región son fundamentales para alcanzar un desarrollo en energía que beneficie a los distintos países.
Con estos antecedentes nació en la ciudad de Lima, Perú, en diciembre de 2010 LANENT, la Red Latinoamericana para la Educación en Tecnología Nuclear donde participaron representantes de siete países latinoamericanos. Hoy en día ya cuenta entre sus miembros plenos con casi veinte instituciones de doce países de la región, además de otros miembros colaboradores, como por ejemplo INVAP o la AATN en Argentina. A partir de su fundación, LANENT se propuso ayudar a preservar, promover y difundir el conocimiento nuclear y fomentar la transferencia de ese conocimiento en toda Latinoamérica
Como sostiene su presidente el doctor Raúl Barrachina “desde las primeras reuniones consultivas organizadas por la sección de Gestión del Conocimiento Nuclear del OIEA durante 2009 y 2010, se advirtió que las instituciones dedicadas a la educación y la capacitación en tecnología nuclear de nuestra región tenían problemas similares, y necesidades y potencialidades complementarias; y que todas ellas podían beneficiarse a través de la cooperación”.
Siguiendo un modelo similar al que ya existen en otras regiones como Asia, Europa y África, LANENT es una red coordinada desde Argentina que permite compartir con los diferentes países de la región a través de una plataforma aprobada por el OIEA material bibliográfico de consulta, últimos avances en la publicación científica en temas vinculados a la energía nuclear a través de una biblioteca de acceso on line, para diferentes países de la región. A través de esta red, las instituciones participantes, dedicadas a la educación, capacitación y entrenamiento de profesionales y técnicos en la región Latinoamericana, pueden acceder a importante información sobre la tecnología nuclear para incrementar el conocimiento de los recursos humanos. La red busca, además, la difusión en el público en general de los beneficios de la tecnología nuclear con el objetivo de despertar el interés de las jóvenes generaciones en la diferentes regiones. Para esto se puso en marcha una página web, cuyo objetivo es convertirse en un importante canal de intercambio de información entre los participantes de la red y de ellos con la comunidad en general, y la plataforma para educación y capacitación nuclear CLP4NET que está siendo instalada y será operada por CNEA como hub regional.
LANENT no sólo busca contribuir a la cooperación entre sus miembros sino también con otras redes regionales, entendiendo la integración en un contexto más amplio. Como afirma el Dr. Barrachina, “así como el uso de la tecnología nuclear es desigual en la región, también lo es la necesidad de la educación y la capacitación en dicha tecnología. No me estoy refiriendo a diferencias de nivel o desarrollo, sino a la orientación y las prioridades de cada institución y cada país. Por ejemplo, en muchos casos el desarrollo de programas nucleares no apunta a la producción de energía, si no a la aplicación en otras áreas de la industria, de la agricultura y especialmente de la medicina. Cada uno desde su área de interés, puede aportar a la colaboración regional y a su vez beneficiarse de ella”.
Entonces LANENT tiene en cuenta estas diferencias para poder trabajar verdaderamente como red integradora partiendo de un concepto fundamental: “la cooperación sustentada por ejemplo en la integración de recursos y actividades educativas o el uso compartido de tecnologías de información y comunicación, todas ellas actividades propulsadas por la Red Latinoamericana para la Educación y la Capacitación en Tecnología Nuclear pueden jugar un rol relevante. Pero tal vez el valor más importante que está surgiendo de la creación de LANENT es el conocimiento mutuo entre las distintas instituciones que participan de esta iniciativa”, explica el doctor Barrachina.
Las formas que adopta esta colaboración son variadas: desde la promoción del intercambio de docentes y alumnos y del reconocimiento mutuo de cursos hasta el intercambio de información, o la identificación de la oferta educativa disponible. De esta manera, la detección de un área poco desarrollada en una institución podría ser resuelta a través de la colaboración con otra. Así su presidente sostiene que “en particular, un problema que afecta a prácticamente todos los miembros de la red es el interés comparativamente bajo de los jóvenes por carreras en ingeniería en general, y del ámbito nuclear en particular. Por ese motivo, LANENT asigna una gran importancia a las actividades de extensión desarrolladas por sus miembros.”
LANENT ya tiene un recorrido importante en estos tres años demostrando que el trabajo en conjunto en la región es fundamental para lograr una autentica integración, teniendo en cuenta las particularidades de cada uno de los países miembros pero pensándose como parte fundamental para un proceso de cooperación más amplio que permita superar diferencias y construir un bloque fuerte y unificado en la región. Ya es momento de sumar experiencias similares y seguir persiguiendo una mayor integración en materia de energía nuclear.