Por Sebastián De Toma. En U-238 # 22 Julio – Agosto 2016
Fue la frase del subsecretario de Energía Nuclear de la Nación, Julián Gadano, que alegró a todos los representantes del sector que estuvieron presentes durante la entrega de la Licencia de Operación de la central Atucha II. De esta forma, se cierra el proceso de construcción y de licenciamiento de la tercera central de la Argentina.
El pasado 27 de mayo, la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) hizo entrega de la Licencia de Operación de la central nuclear Atucha II y de esta forma se completó el proceso de licenciamiento de la tercera planta de energía construida en la Argentina. Este proceso, que comenzó en junio de 2014 —el 3 el reactor alcanzó la primera criticidad y el 27 entregó los primeros megavatios a la red eléctrica nacional—, es un hito en la historia de la actividad nuclear argentina, debido a que desde 1983 que no se ponía en operación un nuevo reactor. Además, se trata del primer licenciamiento que se completa en el cual todos los actores relevantes son argentinos.
Durante el acto de entrega de la licencia, que tuvo lugar en la sede de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) en el barrio porteño de Nuñez, el subsecretario de Energía Nuclear de la Nación, licenciado Julián Gadano, le “advirtió” a los funcionarios presentes de la ARN que “no va a ser la última licencia que entreguen”, ya que espera que se entregue la licencia de sitio y los permisos de construcción para la cuarta central “muy pronto”. “Estamos haciendo historia acá”, sostuvo luego el subsecretario, tras recordar al anterior presidente del directorio de la ARN, Diego Hurtado, autor además de la obra seminal “El sueño de la Argentina atómica” (Edhasa, 2014), que recorre la historia del sector nuclear argentino.
Además, Gadano reconoció el trabajo del operador de la central, la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), al señalar que sabe “lo duros que son en la ARN” a la hora de controlar. Puntualizó que estaban cumpliendo con lo que era, en primer lugar, “una deuda del operador con el regulador” y, en segundo lugar, “de todos con la sociedad (…) Ahora la central tiene una licencia de operación comercial”, cerró
Por su parte, el ingeniero Néstor Masriera, presidente del Directorio de la ARN, declaró: “Lo importante es que completamos el proceso poniendo en funcionamiento esta central hasta una performance completa y otorgamos una Licencia de Operación en condiciones bien documentadas, con la confianza de tener sobre la mesa todos los requerimientos de seguridad que salen de nuestras ormas regulatorias y de los estándares internacionales a los que adherimos”.
El ingeniero Rubén Semmoloni, presidente de Nucleoeléctrica, cerró el acto agradeciendo al personal de la empresa que conduce, al organismo regulador y a todo el personal de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). “Es un hito trascendente como empresa. Hace algunos años nos dedicábamos a operar dos centrales, una muy cerca de terminar su vida útil”, recordó Semmoloni quien, hasta su designación como presidente de la empresa nuclear estatal, se desempeñó como director del Proyecto de Extensión de Vida de la central nuclear de Embalse. “Hoy el panorama es muy diferente, tenemos dos centrales en operación y una en pleno proceso de extensión de vida.”
En el evento se hicieron presentes, además, los vicepresidentes 1º y 2º de la ARN, la licenciada Ana Larcher y el doctor Emiliano Luaces, respectivamente. Además, asistieron autoridades del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, la Subsecretaria de Energía Nuclear de la Nación, autoridades de la CNEA y de las empresas Nucleoeléctrica y CONUAR (Combustibles Nucleares Argentinos S.A.), entre otros representantes del sector nuclear argentino.
“ARN tuvo que encarar al mismo tiempo el desarrollo de capacidades propias y la coordinación de asesoramientos externos”
Así lo afirmó el ingeniero Néstor Masriera, presidente del Directorio de la ARN, a propósito de la emisión y de la entrega de la Licencia de Operación de la central Atucha II.
// ¿Qué es una Licencia de Operación?
Néstor Masriera: Es un documento formal que la ARN otorga a una entidad responsable para que opere una instalación, bajo ciertas condiciones. Esta licencia establece las acciones, medidas y obligaciones por las cuales su titular ejecuta su responsabilidad por la seguridad radiológica y nuclear, el transporte de materiales radiactivos, las salvaguardias y la protección física de la central nuclear.
// ¿Bajo qué condiciones se entrega?
La ARN debe verificar el cumplimiento de todos los términos y condiciones de carácter técnico, legal y administrativo que le permitan otorgar la Licencia de Operación, debiendo evaluar los aspectos regulatorios de seguridad radiológica y nuclear, protección física, salvaguardias, planes y acciones de emergencia y licenciamiento de personal de la instalación.
Esta licencia identifica los documentos de carácter mandatorio que la Entidad Responsable —en este caso, Nucleoeléctrica Argentina— debe presentar y mantener actualizados, entre ellos, el informe final de seguridad, manuales de operación y mantenimiento, plan de emergencia, programa de inspección en servicio, análisis probabilístico de seguridad, programa de formación y entrenamiento para el personal. La Licencia de Operación y la documentación mandatoria establecen las obligaciones específicas del titular de la licencia en materia de límites y condiciones para la operación segura de la central nuclear, exposición ocupacional, límites para la descarga de efluentes radiactivos, gestión segura de los residuos radiactivos, transporte de los mismos, así como las que se relacionan con las salvaguardias y la protección física.En el caso de la central nuclear ex Atucha II, el fin único de la licencia de operación es para la generación de electricidad.
// ¿Cómo se llega al proceso que deriva en la entrega?
El proceso de licenciamiento de la central nuclear Atucha II comenzó con la entrega en 1981 de la Licencia de Construcción, sobre la base de un informe preliminar de seguridad presentado por el arquitecto industrial del proyecto ENACE S.A., una joint venture entre CNEA y KWU (Kraftwerk Union, la unidad de Siemens AG que estaba entonces a cargo de los negocios nucleares). El ritmo de la obra comenzó a sufrir demoras en 1985 y alrededor de 1994 se detuvo por completo.
En el 2005 el Proyecto Atucha II fue relanzado formalmente y definió a Nucleoeléctrica como la Entidad Responsable. Por su lado, la ARN elaboró un análisis exhaustivo de las condiciones del proyecto y delineó las actividades regulatorias que permitirían actualizar la licencia de construcción y obtener las licencias de Puesta en Marcha y Operación, emitiendo un Plan Global de Tareas Regulatorias revisado y consolidado durante 2006.
En mayo de 2014 se otorgó la Licencia de Puesta en Marcha y se enfocó el seguimiento en las pruebas y ensayos sobre estructuras, sistemas y componentes relacionados con la seguridad y ajustes sobre puntos pendientes de documentación mandatoria. Y en mayo de 2016 se otorgó la Licencia de Operación.