Política de la gestión de la energía

Cuando una organización, pública o privada, se propone a sí misma al desarrollo e implementación de una POLÍTICA DE GESTIÓN DE LA ENERGÍA, muestra su compromiso con la sociedad, con la sostenibilidad energética y con el cuidado del ambiente. En una institución, una POLÍTICA tal permite emplear de manera eficiente la energía que consumen sus instalaciones y actividades.

El propósito es preservar los recursos naturales, reducir las emisiones atmosféricas, contribuir a mitigar los efectos del cambio climático, hacer un buen uso de los recursos económicos y mejorar su posicionamiento competitivo. Una POLÍTICA DE GESTIÓN DE LA ENERGÍA se sostiene en programas de eficiencia energética que aseguran que el personal realice las tareas de acuerdo con los principios establecidos. A tal fin, la ORGANIZACIÓN establece objetivos y metas para la mejora del desempeño energético y la reducción de las correspondientes emisiones asociadas. Asimismo, mejora de manera continua el uso de los recursos energéticos en sus instalaciones y actividades durante todo el ciclo de vida de las mismas, optimiza la tecnología y el diseño de los procesos, la operación de las instalaciones y promueve la adquisición de productos y servicios energéticamente eficientes, siguiendo la premisa de que es responsabilidad de todo el personal el “cumplir y hacer cumplir” la eficiencia energética.

Fuente: «Hojitas del conocimiento», del IEDS.