Premian a Carmina Pérez Bertolli, por presentar «la mejor tesis»

El premio a la mejor tesis en física se otorgó a un trabajo de investigación realizado en el ITeDA.

Tucumana, feminista y apasionada por el espacio, la licenciada en Física y becaria del CONICET recibió el premio Luis Másperi 2020 que entrega la Asociación Física Argentina a la mejor tesis de grado de todo el país en la materia. La tesis de grado “Estimación del flujo de muones en el laboratorio subterráneo ANDES» fue presentada en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Para su trabajo, Pérez Bertolli contó con la dirección del investigador de la CNEA Hernan Asorey y la colaboración de Christian Sarmiento Cano, estudiante del último año de la carrera del doctorado en el ITeDA.

«Ser dueños de nuestra propia ciencia nos da independencia»

Ser dueños de nuestra propia ciencia nos da independencia»

Carmina es becaria del CONICET y está terminando su doctorado en Astrofísica en el Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (ITEDA), que depende de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Comisión Nacional de Energía Atómica y el CONICET. Dice que la educación pública le aportó aún “más de lo que esperaba” desde las primeras materias que cursó cuando grandes científicos como el físico Juan Pablo Paz le enseñaron lo más básico de la carrera, hasta la “calidez” del ITEDA cuando le ofrecieron una computadora y un escritorio para que pueda escribir su tesis con éxito.

“La universidad pública es algo a lo que le tenemos que sacar provecho ya que la calidad educativa que hay en la universidad pública es increíble. Yo cursé con científicos y científicas que tienen reconocimiento internacional, en nuestro país hay una calidad de ciencia que es muy alta y que la tenemos que apreciar porque ser dueños de nuestra propia ciencia nos da independencia

“La tesis trata de un cálculo mediante simulaciones del flujo de partículas que son producto de la radiación cósmica en el sitio donde se instalará un laboratorio subterráneo en la frontera entre Argentina y Chile”, explica la licenciada. “Mi trabajo fue estimar las señales que podrían entorpecer estos experimentos provenientes de otras partículas que no son las que el estudio busca, que son muy específicas. Es muy importante para mejorar la detección saber qué cosas pueden interferir. Es un cálculo que se va a ir mejorando, una cadena que vamos construyendo entre todos”, detalló en diálogo con el Suplemento Universidad sobre la tesis que le valió un premio que no tenía expectativas de recibir. Agradecida, felicita y resalta las “complejas” producciones de los otros postulantes.

Para los hombres «seguimos siendo un objeto, sea cual sea nuestra imagen, cuando en realidad nosotras no siempre queremos su atención (…) seamos científicas, modelos, actrices, deportistas o lo que sea, no somos el objeto de evaluación de los hombres por defecto»

Los rayos cósmicos son partículas con mucha energía que provienen del espacio y a medida que van pasando por la atmósfera interactúan con otras partículas del aire generando más partículas. De esta manera, se forman lo que se llama “lluvias atmosféricas extendidas”, hasta llegar a la superficie terrestre.

Uno de los componentes de esas lluvias son los muones, que son partículas similares al electrón pero 200 veces más pesadas, algunos de ellos poseen energías muy altas y tienen la capacidad de traspasar las rocas de las montañas y generar ruido en las señales de experimentos de alta sensibilidad como los que va a albergar el laboratorio ANDES.

Para estimar el flujo de los muones la tesis se basó en simulaciones de las lluvias atmosféricas extendidas utilizando dos códigos de cálculo: Corsika y ARTI y técnicas desarrolladas en la CNEA en el marco de los Observatorios Pierre Auger y LAGO. A partir de un estudio geológico que modela la distribución de rocas sobre el Laboratorio pudo simular el paso de muones a través de la montaña, lo que le permitió calcular la cantidad que podría llegar al laboratorio e interferir en las señales. Este tipo de investigación “aporta una mejor calibración y estimación señal-ruido de estos experimentos de alta sensibilidad”, sintetiza Pérez Bertolli.

Para encarar su trabajo la investigadora se contactó con el Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (ITeDA) -dependiente de la CNEA, UNSAM y CONICET- para averiguar sobre el plan de doble doctorado que ofrece la Institución. Allí le respondieron con una propuesta para que realice su tesis de grado en el marco del Proyecto internacional ANDES.

Este proyecto -cuya sigla en inglés corresponde a Agua Negra Deep Experiment Site- es un laboratorio subterráneo internacional a 1700 metros de profundidad debajo de la cordillera de los Andes, a partir de la construcción del túnel Agua Negra que unirá la provincia de San Juan con Chile como parte del corredor bioceánico central. El proyecto comenzó a idearse en el año 2012. En nuestro país cuenta con el respaldo institucional y científico de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

La experiencia de estudiar en el ITeDA

A lo largo de su carrera fue interesándose cada vez más por temas teóricos y la relatividad general, hasta que en el último año cursó una materia práctica en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE) donde, gracias a sus directores Sergio Dasso y Ana Pichel, quienes estaban haciendo un trabajo sobre un detector de rayos cósmicos instalado en la Antártida como un nodo del Observario LAGO, Carmina decide profundizar sus estudios en la rama de la física de las partículas provenientes del cosmos.

La joven física destaca la importancia que tuvo para ella la experiencia de desarrollarse profesionalmente en una institución como el ITeDA, donde le abrieron las puertas desde un primer momento y pudo estar codo a codo trabajando con los científicos e investigadores de allí: “Hay gente de países distintos, eso me gusta mucho y aprendí mucha teoría con respecto a todo lo que vengo haciendo y la verdad es que estoy muy contenta de seguir trabando en ITeDA”.

Además, señala que espera que proyectos como ANDES posicionen a la Argentina en un emprendimiento científico que merece ser apoyado ya que también representa la soberanía y la independencia en el conocimiento.

Algo que le llamó la atención durante sus años de estudio fueron las pocas mujeres cursando ciencias exactas. Hoy celebra que en la UBA haya espacios como Genex o Científicas Feministas donde se tratan situaciones de violencia de género y se reclama por el espacio de las mujeres en la comunidad científica. De hecho, le molestaron los comentarios objetivizantes sobre su imagen en detrimento de su logro profesional cuando se dio a conocer la noticia del premio. “Me parece que uno puede tener diferencias de opinión pero los planteos se tienen que hacer con respeto y yo no me he sentido respetada, sobre todo por hombres, porque para ellos seguimos siendo un objeto, sea cual sea nuestra imagen, cuando en realidad nosotras no siempre queremos la atención de ellos e incluso a veces ni siquiera nos interesa, seamos científicas, modelos, actrices, deportistas o lo que sea, no somos el objeto de evaluación de los hombres por defecto. Eso que pasa en todos los ámbitos es algo por lo que tenemos que pelear, por el respeto, espero que la lucha siga para adelante”

Tiene referentas, como las físicas Gabriela González, Ana María Llois y Luciana Bruno, que apoyan la lucha de las mujeres por la conquista de sus derechos en su área. Cree que a las niñas no se las incentiva a ser científicas y que sería bueno que crezcan sabiendo que, como ella, tienen un lugar en la ciencia.

Sobre el Laboratorio ANDES

Esta iniciativa permitirá el estudio de las propiedades de neutrinos -partículas provenientes del cosmos capaces de atravesar millones de kilómetros de roca sin verse afectadas- y también para estudiar materia oscura y buscar nuevos fenómenos físicos.

La mayor fuente de interferencias proviene de la radiación cósmica, de explosiones de supernovas o de enormes agujeros negros en el centro de galaxias lejanas, que bombardean la Tierra en forma permanente. Es así que para estudiar los fenómenos más evasivos y misteriosos del universo, la comunidad científica está construyendo laboratorios subterráneos con el objetivo de protegerlos de esa radiación cósmica. Varios de esos laboratorios se encuentran en EE.UU., Canadá, Europa y Japón, aunque esta rama sw l ciencia en pleno auge requiere de nuevas instalaciones.