La canciller argentina Susana Malcorra viajará el próximo 18 de mayo a Pekín para presentar el texto final del acuerdo ante las autoridades chinas por las represas hidroeléctricas Cepernic y Kirchner (Santa Cruz) y completar el resto de las negociaciones por otras obras de infraestructura, como la construcción de dos centrales nucleares.
Estos acuerdos habían sido firmados durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y establecían que la Cuarta Central Nuclear sería un reactor de agua pesada de tecnología CANDU, similar a la Central Nuclear Embalse. La empresa Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) sería arquitecto y constructor de la obra y sólo se importaría lo que no se puede fabricar en el país.
Según lo acordado, el componente nacional sería del 70%, mientras que el otro 30% correspondería a piezas indispensables que no son viables producir localmente. El convenio comercial incluía la provisión de equipamiento y servicios por un total de 2.000 millones de dólares para financiar productos y servicios chinos y de terceros países, además de otros 32.000 millones de pesos en proveedores nacionales.
Por otra parte, la quinta central nuclear, según los acuerdos firmados, sería de agua liviana y uranio levemente enriquecido (de tipo PWR), siendo la primera de Latinoamérica con esta tecnología. El componente local sería de un 50 por ciento por tratarse de una tecnología de punta y novedosa en nuestro país.