Un grupo de científicos argentinos del CONICET participa de un proyecto internacional para el desarrollo de nuevos materiales que permitan hacer frente a uno de los grandes desafíos actuales: minimizar el consumo de energía en diferentes dispositivos electrónicos, optimizando así su funcionamiento.
La iniciativa, cuya clave es innovar en los materiales que se usan para fabricar estos dispositivos -tanto para reducir el consumo energético como para recuperar parte de lo que se pierde en forma de calor- fue inspirada en la necesidad de pensar en formas más eficientes y sustentables del uso energético, lo que contribuye con el cuidado del medio ambiente.
«El objetivo es tratar de ir más allá de la tecnología de la que se dispone y minimizar el consumo de energía en diferentes dispositivos mediante el uso de materiales más eficientes», resume Myriam Aguirre, investigadora argentina de la Universidad de Zaragoza (Unizar) y coordinadora del proyecto.
«Para esto necesitamos poder coordinar conocimiento y experiencia en diferentes campos: tanto en el diseño y obtención de los nuevos materiales como en la medición de propiedades a la nanoescala y la modelización de las mismas”, agrega la especialista.
El proyecto tendrá una duración de cuatro años y cuenta con un financiamiento de la Unión Europea por 711.000 euros. Participan ocho universidades y centros de investigación de larga trayectoria en nanotecnología de España, Francia, Suiza y Japón, además de tres argentinas: la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Concretamente, el proyecto está enfocado en desarrollar e implementar films delgados y nanoestructuras con funcionalidades eléctricas y magnéticas que permitan optimizar la performance de los dispositivos actuales y disminuir el consumo de energía sin aumentar los costos.
«Este proyecto no solo reúne investigadores que comparten temáticas con cierta orientación similar, sino que potencia una trayectoria de trabajo y hace posible concretar ideas que teníamos ya planteadas hace años: rediseñar el mapa de la nanotecnología como la conocemos, cambiar el concepto de nanotecnología como manipulación a escala atómica al de producción de bienes de consumo masivos”, explica Eugenio Otal, quien coordina el aporte argentino del proyecto junto con las investigadoras Ana María Llois y Laura Steren, de la CNEA.
Las áreas de investigación en las que trabaja esta red de científicos comprenden la expansión de la espintrónica y el desarrollo y optimización de materiales magnetoeléctricos y termoeléctricos. «Un material termoeléctrico absorbe calor y lo transforma en energía eléctrica. Esto se puede implementar por medio de dispositivos miniaturizados dentro de un reloj inteligente, teléfono celular o una computadora portátil», detalla Otal.
«Estos materiales recapturan el calor que comúnmente se pierde al ambiente y lo transforman en energía eléctrica para realimentar los equipos, reduciendo el consumo y alargando la autonomía de las baterías”, añade el investigador del CONICET en la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico para la Defensa (Unidef, Conicet-Ministerio de Defensa) y profesor de la UTN.
En tanto, los materiales denominados magnetoeléctricos son aquellos cuyas propiedades magnéticas se pueden controlar con pequeños pulsos eléctricos, es decir, con ínfimo consumo de energía, y permitirán por ejemplo optimizar dispositivos como los discos rígidos, que se basan en materiales denominados ferromagnéticos. «Estos materiales nos permitirían reducir el consumo de energía para almacenar información», precisa Llois.