La Nuclear Regulatory Commission (NRC), el organismo regulador de la industria nuclear estadounidense, espera recibir, entre 2018 y 2019, la solicitud de varias centrales nucleares para obtener un permiso de extensión que permita operar a las plantas hasta los sesenta años.
Hasta la fecha, 63 reactores en Estados Unidos han logrado renovar sus licencias de operación -originalmente de 40 años- a 20 años adicionales tras superar satisfactoriamente todos los controles y trámites necesarios. Actualmente, se están revisando solicitudes para 18 unidades más.
Sin estas extensiones de operación, el número de plantas nucleares estadounidenses que dejaría de operar durante las próximas décadas sería muy significativo. Así, las 27 centrales que tienen permisos renovados cesarían su operación entre 2023 y 2030 y otros 67 reactores lo harían entre 2031 y 2049.
Para Estados Unidos, la operación a largo plazo de las centrales nucleares constituye una garantía de independencia y diversificación del abastecimiento energético, manteniendo su capacidad tecnológica de la industria nuclear y aportando estabilidad en el funcionamiento del sistema eléctrico.