Por Laura Cukierman. En U-238 #16 Marzo-Abril 2015
En 2012 YPF se unió al CONICET para crear una nueva empresa de investigación y desarrollo orientada a trabajar en la industria energética nacional. Así nació YPF-Tecnología, que sigue el modelo exitoso de INVAP y pertenece, en un 51% a YPF y en un 49% a CONICET. Su objetivo es investigar, desarrollar, producir y comercializar tecnologías, conocimientos, bienes y servicios en petróleo, gas y energías alternativas para consolidar el autoabastecimiento energético. U-238 conversó con Gustavo Bianchi, su Director General, para conocer los detalles de YPF-TEC, una empresa que ya es modelo en el mundo.
¿Cómo nace el Y-TEC? ¿Con qué objetivos?
Y-TEC es una idea que se le ocurrió a Miguel Galuccio, presidente de YPF y a Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación. Querían armar algo en conjunto y que el CONICET participara junto con YPF en investigación y desarrollo para la industria del petróleo. Con esta idea me llamaron y me hicieron la propuesta, que me pareció muy atractiva. Ahí nació la idea de hacer una sociedad anónima que involucrara a los dos. Lo cierto es que este proyecto es un hito porque no hay nada parecido en el mundo. Yo tuve la suerte de trabajar mucho afuera en investigación y no hay ningún modelo similar. Lo que existe o es una empresa privada que pone su centro de investigación o el gobierno haciendo lo mismo. Pero no hay algo como esto que, además, funcione tan bien.
Convergen ciencia y tecnología de manera concreta…
Absolutamente, porque nosotros hacemos desde la investigación básica hasta la aplicada. En realidad, no hay diferencia entre ambas. El método científico siempre hay que aplicarlo en ambos casos. La tecnología se nutre de la investigación básica, por lo tanto, ambas líneas son necesarias en el país.
¿Dónde radica la importancia de tener una empresa con estas características?
Hacía falta que el país tuviera algo parecido a esta empresa, porque no lo tenía. Cuando privatizaron YPF, destruyeron lo que era el modelo Florencia Varela, que se basó en Petrobras con Cenpes o Pedevesa con su centro de investigación. Habíamos quedado sin ningún grupo que estudiara desde la básica hasta la aplicación de la parte de energética de petróleo, gas, etcétera. Nosotros abrimos más el paquete e incorporamos energías alternativas porque entendemos que es muy importante, al igual que trabajar con el medio ambiente.
¿Cómo se deciden los proyectos en los que van a trabajar?
Y-TEC decide cada proyecto. Nosotros somos una empresa, una sociedad anónima, que toma decisiones propias. El directorio de la empresa es el que tomas las decisiones y está formado por representantes de YPF y representantes de CONICET, pero quien ejecuta las decisiones es el director general y es de donde salen las líneas de investigación y desarrollo. Nosotros trabajamos, primero, con las unidades de campo de negocios, para ver cuáles son las necesidades que tienen ellos. De ahí sacamos las líneas de investigación o damos asistencia técnica especializada. Le ofrecemos al campo o el campo nos ofrece a nosotros lo que tiene. Si vemos que dentro de los proyectos hay una línea que es muy importante hacer, pero es a largo plazo, contamos con un 10% del presupuesto que se deriva a investigación o desarrollo de temas que creemos que son interesantes de acá a cinco o diez años. El campo quiere resolver el problema ahora, por lo cual aplicamos el 80% de nuestros recursos ahí. El resto es apostar al futuro más lejano.
¿Cuáles son las aéreas en las que están trabajando con mayor intensidad?
Todo lo relacionado a los recursos no convencionales, a campos maduros y a las energías alternativas. Estamos apostando mucho al tema del litio en baterías y vamos a hacer una planta piloto. Trabajamos con engerías alternativas, como la energía del mar, energía geotermia, etcétera. Estamos poniendo el foco en el medio ambiente, para lo cual contamos con un grupo muy grande trabajando, pero con otra mentalidad, aplicando biología molecular, por ejemplo, para resolver los problemas.
¿Con qué plazos se manejan?
Hay trabajos que son de meses o de dos o tres años, como máximo. Es decir, hasta tres años hacemos trabajos dentro de Y-TEC. Más allá de ese plazo se deriva a las universidades. También se hacen doctorandos en Y-TEC y desde acá es desde donde desarrollamos las líneas que necesitan más tiempo para investigar.
¿Están teniendo muchos equipos trabajando en las provincias también?
Sí. Fundamentalmente en Jujuy, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Santa Cruz y Chubut.
¿Cuáles son las estrategias de articulación con una empresa recientemente estatizada?
Al ser parte del CONICET, somos, de alguna manera, una suerte de unidad de vinculación tecnológica. Nos podemos conectar con todos los centros de investigación y trabajar libremente con más de 8 mil investigadores.
¿Qué experiencia tiene en el ámbito nuclear? ¿Cómo trasladó esos conocimientos a sus nuevos desafíos en Y-TEC?
Mi formación básica es muy buena. Yo me formé en la Comisión Nacional de Energía Atómica. Creo que cualquier investigador que tiene una formación básica tan buena puede trasladarla a cualquier ámbito e, incluso, a otras líneas de trabajo que no estén directamente relacionadas con la energía nuclear, como es mi caso.
La presidenta afirmó que “YPF Tecnología deberá ser la INVAP del petróleo”. Supongo que está de acuerdo con esa afirmación.
Ya lo somos. Yo nací ahí y estoy copiando ese modelo. Esto tiene que ver con un proyecto de país y con una política de Estado que hace surgir modelos como esos. El semillero fue la Comisión de Energía Atómica en donde nació INVAP, que era una división del Centro Atómico Bariloche, con Conrado Varotto a la cabeza, quien la crea como Sociedad del Estado y, posteriormente, crea la Comisión Aeroespacial. Luego se funda ARSAT, cuyo presidente también viene de INVAP. En Córdoba sucede lo mismo con las fabricaciones de aviaciones, cuyo titular también sale de las huestes de INVAP. Y ahora Y -TEC donde estoy yo, que vengo de la CNEA y de INVAP. Es decir, si se tiene un germen bueno, los resultados son muy buenos. Si nosotros tuviéramos durante veinte o treinta años INVAP, CONAE, ARSAT,FAESA e Y-TEC en funcionamiento, podrían emerger miles de profesionales listos para ingresar en otras empresas tecnologicas que ayuden a la producción del país. Esto tiene relación con sostener una política de Estado en el largo plazo que dé el apoyo necesario.
¿Cómo le parece que debería ser esta política de Estado?
Lo importante es mantener una política sin importar los gobiernos. Lo fundamental es la continuidad. Se pueden reemplazar las personas que manejan las políticas, pero no el rumbo para saber qué va a suceder en el futuro, independientemente de los gobiernos. Brasil hizo eso y nosotros también podríamos hacerlo. Durante mucho tiempo, el sector científico-tecnológico de nuestro país estuvo en una etapa de depresión. Hace diez años que estamos creciendo en este área: pusimos satélites en órbita, empezamos a crecer en el sector nuclear, volvimos con el enriquecimiento de uranio, con el CAREM, hicimos radares 2D y 3D, construimos un vector para satélites, el reactor y el combustible para el Tronador y tenemos un satélite en telecomunicaciones que le permite a la Argentina alcanzar independencia. Estamos muy bien posicionados. Hay cosas para mejorar pero hay que continuar con esta política de Estado.
Un edificio de vanguardia
La sede principal de Y-TEC estará ubicada en la localidad de Berisso, provincia de Buenos Aires, exactamente frente a la Refinería de La Plata y cerca del Polo Tecnológico. Para construir su edificio se convocó a un concurso de ideas en el que participaron siete estudios de arquitectos con el fin de crear un edificio de laboratorios para esta empresa. El edificio contará con una superficie de 11 000m2 y está pensado para albergar oficinas y laboratorios de diversas características, plantas pilotos y salas de motores, oficinas, auditorio, salas de reunión y un foyer.
Quién es Gustavo Bianchi
Gustavo Bianchi nació en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, el 24 de mayo de 1959. Es Licenciado en Ciencias Químicas y Naturales por la Universidad de Morón. Es Doctor en Ciencias de los Materiales por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata y tiene un Post Doctorado de la Universidad de Texas, Estados Unidos. Se desempeñó como investigador durante más de 10 años en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y es autor de más de 10 patentes nacionales e internacionales. Fue miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas del CONICET, vicepresidente de Ingeniería y Tecnología de San Antonio — Pride durante 4 años y creó un polo tecnológico en la provincia de Neuquén. Se desempeñó como Asesor Científico Tecnológico para el programa de becas de posgrado de la Fundación YPF. En 2005 creó Link Chemical SA, PyME orientada al desarrollo de polímeros para el reemplazo de productos importados, generando convenios con el CONICET y el Departamento de Química Orgánica de la UBA. Fue consultor tecnológico de compañías como Pioneer Natural Resources, TENARIS, International Cover, YPF-CTA y Halliburton. Fue director de Tecnología de YPF S.A. desde 2012, y desde 2013 se desempeña como Director General de Y-TEC. En 2003 se convirtió en Personaje del Año en Ciencia y Tecnología del Diario La Nación y fue galardonado con el premio Konex en Desarrollo Tecnológico, en 2013.
Fotos: Gentileza Y-TEC