Técnicos de la CNEA desarrollaron el primer Tomógrafo por Emisión de Positrones fabricado en Latinoamérica

Investigadores del Centro Atómico de Ezeiza de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CAE-CNEA), junto con el Grupo de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), diseñaron un Tomógrafo por Emisión de Positrones de fabricación totalmente nacional.

Este equipo se utiliza para analizar el metabolismo celular a través de métodos no invasivos. De esta manera, permite detectar el funcionamiento anormal de esas células en estadios muy primarios, detectando tempranamente enfermedades malignas, problemas cardiológicos o neurológicos.

«Este es un tomógrafo que a diferencia de los de Rayos X tiene la propiedad única de medir el metabolismo celular. La medicina nuclear es un área de la medicina que puede hacer diagnósticos por imágenes y en este caso el PET permite medir el metabolismo de algún grupo de células de un órgano determinado», explicó el ingeniero Claudio Verrastro, jefe de la División Sistemas Digitales y Robótica del CAE.

Además precisó que «para medir la actividad celular es necesario convertir al paciente de alguna manera en una fuente de rayos gama. Esto se logra mediante la administración de un radiofármaco dirigido a un blanco específico que pueden ser órganos o células específicas».

Una de las características distintivas del PET desarrollado en Ezeiza es su facilidad de instalación, ya que no tiene cables y transmite la información de manera inalámbrica. Además, funciona a 12 voltios, es decir puede utilizar baterías con muy bajos requerimientos ambientales.

Otro rasgo distintivo es que puede funcionar solamente con dos de los seis cabezales que conforman el escáner (construidos con cristales centelladores rectangulares de 30 por 40 centímetros dispuestos en forma hexagonal, que permiten obtener un campo de visión amplio), que se pueden sacar, reparar y reponer sin que el escáner salga de servicio.

Finalmente, es un equipo más económico que el resto, ya que los equipos comerciales -sólo tres o cuatro fabricantes en el mundo poseen el know how– cuestan alrededor de 1.000.000 dólares, y se requiere anualmente un 10 ó 15% más del valor del equipo para mantenimiento y repuestos.

Actualmente, el tomógrafo que está en proceso de fabricación en el CAE. Para armarlo, los investigadores importaron sólo componentes imprescindibles como los cristales centelladores, fotomultiplicadores y microchips electrónicos. Será transportado el año próximo hasta el Hospital de Clínicas José de San Martín, en la Ciudad de Buenos Aires.