El joven Mauricio Cazado, quien se recibió de ingeniero en Materiales del Instituto Sabato en 2016, creó plástico biodegradable capaz de liberar un fármaco dentro del cuerpo humano. Este desarrollo podría convertirse en un sistema alternativo de administración de fármacos, de forma controlada, evitando largos períodos de ingesta de pastillas.
Este proyecto fue desarrollado en los últimos 6 meses de su carrera, momento en el que todos los alumnos deben realizar un trabajo final. Mauricio eligió el laboratorio de biomateriales, biomecámica y bioinstrumentación de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNSAM, ya que estaba interesado en estudiar materiales polímeros.
“En el laboratorio me centré en la elaboración de partículas poliméricas biodegradable, para futuras aplicaciones en la liberación controlada de fármacos. Es decir, es un polímero hidrofóbico, es como un globo que adentro tiene otros globos más pequeños. Dentro de esas esferas está el fármaco encapsulado”, explicó Cazado.
“El polímero –detalló el joven estudiante- se inyecta en el cuerpo humano, con el correr del tiempo, ciertas encimas cortan la cadenas poliméricas, lo van degradando, y la droga que está encapsulada dentro de las esferas se libera de a poco”.
En el mercado, ya existen productos que utilizan micropartículas de PHBV (ácido poli hidroxibutirato-co-
El estudio de Mauricio es un ejemplo más de cómo la ciencia de los materiales se puede aplicar a distintas disciplinas. “Hay mucha propiedades de los materiales que estudié para el Trabajo Final. En este caso en particular, trabajé sobre la reología del material, que es el comportamiento de los fluidos cuando están sometidos a un determinado esfuerzo”, detalló Cazado.