El Simposio internacional sobre materias primas de uranio para el ciclo del combustible nuclear: exploración, minería, producción, suministro y demanda, economía y cuestiones ambientales (URAM-2018) se celebra en Viena del 25 al 29 de junio de 2018.
Aquí los participantes del Simposio URAM-2018 analizarán escenarios para el suministro y la demanda de uranio, debatirán sobre nuevos desarrollos en geología de uranio, exploración, minería y procesamiento, economía y asuntos ambientales y legales; y examinarán los requisitos ambientales para las operaciones de uranio y la restitución ambiental de los sitios.
Dado que el potencial de la energía nuclear sigue siendo elevado en las próximas décadas, garantizar un suministro adecuado de recursos de uranio tendrá una gran influencia en su sostenibilidad a largo plazo. Esto requerirá formas nuevas e innovadoras de mejorar la eficiencia en la búsqueda y producción de uranio.
Los recursos de uranio estarían garantizados para los próximos 100 años, pero con los actuales yacimientos los recursos están garantizados solo hasta 2035
El simposio reunirá a partes interesadas de diferentes ámbitos para debatir cuestiones relacionadas con el uranio, incluidos científicos, gerentes, geólogos, economistas, ingenieros, operadores, reguladores, representantes de la comunidad, científicos sociales, especialistas en el ciclo del combustible nuclear y el medio ambiente y jóvenes profesionales.
La comitiva argentina encabezada por el experto internacional Luis López, está integrada por Juan Álvarez, subgerente de exploración en Córdoba, Marisa Arrondo, Daniela Camporotondi, el subgerente de producción de materia primas Sergio Diéguez, todos de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Por su parte Omar Andra representa a la empresa Ur América S.A. y los especialistas Talía Berg y Guillermo E. Re Kuehl a Hytec Alto América S.A.
En la apertura del encuentro el Director General del OIEA, Yukiya Amano, destacó el rol de la energía nuclear en la lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero; recordó el potencial nuclear, con 451 centrales y 30 en construcción; y subrayó el compromiso del sector nuclear con el cuidado del ambiente y el aporte del OIEA en tal sentido.
Por su parte Peter Woods responsable de la Sección de Materiales y Ciclo de Combustible Nuclear de la OIEA y elegido como secretario científico del simposio indicó que espera que el URAM-2018 aporte en «una mejor comprensión de dónde estamos y cómo el desarrollo tecnológico en la exploración y producción de uranio puede influir en la sostenibilidad a largo plazo de la energía nuclear» e hizo un repaso de la situación del mercado en los últimos años.
Según los expertos el suministro de uranio ha excedido el consumo, lo que ha llevado a precios spot históricamente bajos para el óxido de uranio. Esto ha resultado en una menor actividad de exploración y en el emplazamiento stand by de algunos yacimientos para su mantenimiento. De cara al futuro, se espera que los suministros secundarios de uranio disminuyan. Esto, combinado con el agotamiento de algunas minas de uranio activas, requiere que la base de recursos de uranio y la capacidad de producción global sigan avanzando para satisfacer las demandas actuales y futuras. El exceso de oferta actual podría conducir a un suministro insuficiente en el mediano a largo plazo. Debido a los largos plazos de entrega desde el descubrimiento hasta la producción, ahora se requiere una nueva evaluación de los recursos de uranio.
Los precios del uranio En la última década este insumo estratégico mostró la mayor volatilidad en la historia, con un pico de US $ 300/Kg en 2007 y un mínimo de US $ 41/Kg en 2016 , dando dolores de cabeza a los jugadores de la industria.
Los más optimistas predicen que la generación nucleoeléctrica recuperará el 42% para 2030 y superará el 120% para 2050
«En los últimos años se ha desarrollado un excedente de inventario de concentrado de mineral de uranio, lo que lleva a precios más bajos. Esto es el resultado de una combinación de mayor producción y menor demanda «, sostiene el especialista Brett F. Moldovan, y agrega «operar muchos de los yacimientos al precio actual del uranio es un desafío económico».
La demanda de uranio está determinada por la producción nucleoeléctrica. En la actualidad existen 450 plantas de energía en operación en el mundo y cerca de 6 decenas están en construcción. Los especialistas estiman un aumento del consumo mundial de energía en un 18% para 2030 y en un 40% para 2050, por eso la pregunta principal del sector es qué papel jugará la energía nuclear en este panorama. Aunque las estimaciones varían pero los más optimistas predicen que en este marco la generación nucleoeléctrica recuperará el 42% para 2030 y superará el 120% para 2050, con aportes que vendrán particularmente del este de Asia.
El uranio es crucial para la sostenibilidad a largo plazo de la industria y según la última edición de Uranium 2016, aunque los recursos conocidos identificados son suficientes para suministrar este elemento estratégico durante más de 100 años, con los actuales yacimientos funcionando la oferta mundial está asegurada solo hasta el año 2035.
Una mina de uranio
Abrir un yacimiento de uranio requiere una importante inversión de capital y es un proceso largo que a menudo implica de 10 a 15 años de investigación y exploración antes de que comience a funcionar. Además requiere costosos equipos para la extracción que se estiman en más de 100 millones de dólares. Por ello en todo el mundo los Estados están comprometidos en su extracción, a veces incluso trabajando conjuntamente con empresas privadas. En este caso la mayoría de los contratos de extracción son a muy largo plazo, generando incertidumbre también en los Gobiernos que optan por este camino pues muchas veces estos contratos están preparados para proteger a las empresas.
En cambio otros países, como China e India, producen su propio uranio como una política de Estado dirigida a garantizar la seguridad del suministro interno, y por tanto los costos pasan a un segundo plano, pues prima la estrategia geopolítica. No obstante muchos países nucleares, como Canadá, optan por esta metodología como resguardo soberano mientras compran uranio spot en el mercado mundial, principalmente a traves de empresas que lo extraen de países como Australia, Kazajstán y Namibia, ninguno con centrales nucleares.
Entonces, ¿qué dice la bola de cristal? Se prevé que la demanda de uranio aumente a largo plazo y que los precios aumenten junto con ella. Pero cuándo y cuánto es difícil de predecir, particularmente a la luz de las dudas del público en muchos países para invertir en energía nuclear.