El 19 de Octubre fue declarado por la Organización Mundial de la Salud, Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, con el fin de sensibilizar a la población con un mensaje clave: la importancia de la detección precoz, piedra angular de la lucha contra esta enfermedad. Desde 1951 la Comisión Nacional de Energía Atómica logró desplegar sus capacidades para combatir, entre otros, este tipo de enfermedad.
El diagnóstico precoz es vital pues de él dependen las posibilidades de curación, que pueden ser del 100% si se detecta a tiempo.
Según datos de la OMS en nuestro continente el cáncer de mama es la segunda causa principal de muerte por cáncer en mujeres. Se estima que más de 462 mil mujeres son diagnosticadas y casi 100 mil mueren por cáncer de mama cada año. Si estas tendencia no se modifican, estiman las especialistas de la OMS, «para 2030 aumentará en un 46% en la Región».
La importancia de la detección temprana del cáncer de mama mediante el uso de la mamografía y otras técnicas es fundamental ya que cambian el pronóstico de la enfermedad. El diagnóstico precoz es vital pues de él dependen las posibilidades de curación, que pueden ser del 100% si se detecta a tiempo.
Los estudios indican que en los países de altos ingresos, los programas de cribado organizado mediante la mamografía han dado lugar a un diagnóstico precoz, y junto con un tratamiento eficaz, han llevado a la reducción de la mortalidad por cáncer de mama. Sin embargo, hay muchos desafíos en la implementación de este tipo de programas de cribado organizado eficaces en entornos de recursos limitados. Por lo tanto, la sensibilización y la comprensión sobre los riesgos de cáncer de mama, los primeros signos y síntomas y la concienciaciión general sobre la salud mamaria es una parte importante de un enfoque de salud pública para el cáncer de mama.
En Argentina la CNEA desarrolló desde la década del 50′ un completo sistema que se fue ampliando los últimos años con la instalación y modernización de centros de medicina nuclear a lo largo del país; con un modelo derivado de la creación de la Fundación Escuela de Medicina Nuclear (Fuesmen) de Mendoza que promueve la integración con los estados e instituciones provinciales. Así la CNEA tiene presencia en cinco provincias a través de la gestión de los centros de medicina nuclear de Buenos Aires (FCDN), Mendoza (FUESMEN), Entre Ríos (CEMENER), Río Negro (INTECNUS) y el Centro de Medicina Nuclear de Santa Cruz, en los cuales se realizan distintos estudios que permiten detectar tempranamente tumores mamarios: ecografía, mamografía, resonancia magnética mamaria, PET CT y mamografía digital con tomosíntesis.
Estudios
A las mujeres sin antecedentes ni síntomas de la enfermedad se les indica una ecografía anual. A los 35 años deben hacerse su primera mamografía y repetirla en forma anual a partir de los 40, junto con una ecografía.
Es fundamental realizar ambos estudios ya que aportan información distinta. Mientras que el objetivo de la mamografía es obtener imágenes que aporten la máxima visibilidad de la anatomía la mama y de los signos de enfermedad sin someter a la paciente a una exposición innecesaria a la radiación; la ecografía es un método complementario que aporta datos sobre la posible composición de un nódulo (si es de tejido sólido o líquido, por ejemplo).
En mujeres de alto riesgo familiar o genético es aconsejable agregar además una resonancia magnética mamaria, también en forma anual, ya que es un método más sensible que la ecografía y la mamografía. En tanto, en pacientes muy jóvenes (menores de 25 años) con alto riesgo familiar o genético, en lugar de la mamografía, podrá utilizarse la combinación de resonancia nuclear magnética y ecografía mamaria en forma anual.
En la Fundación Centro de Medicina Nuclear, también se realizan mamografías digitales con tomosíntesis, una nueva herramienta que genera una imagen tridimensional de la mama. Esto brinda imágenes más claras y una mayor exactitud en la determinación del tamaño, la forma y la localización de lesiones mamarias, evitando la necesidad de realizar estudios adicionales o biopsias.
Una vez confirmado el diagnóstico, en pacientes con cáncer de mama localmente avanzado puede indicarse un PET CT. Este es un estudio que permite detectar lesiones fuera de la mama que pueden no ser visualizadas con los métodos convencionales. También se utiliza para evaluar la respuesta al tratamiento de quimioterapia que se hace para disminuir el tamaño tumoral antes de la cirugía. En el caso de la resonancia magnética en pacientes con cáncer de mama, permite conocer el tamaño y la extensión real del tumor en la glándula, lo que le ayuda al cirujano a planificar el abordaje quirúrgico.