El Ministerio de Energía de la Nación informó que quiere reactivar la producción en la planta de dióxido de uranio que la empresa Dioxitek posee en el barrio Alta Córdoba. El pasado jueves, trabajadores de la compañía se movilizaron a la Municipalidad solicitando que se levante la clausura del sitio.
La planta ubicada en el barrio Alta Córdoba se habilitó en 1982 y permanece cerrada desde el 10 de noviembre de 2014, cuando la Municipalidad cordobesa colocó la faja de clausura definitiva en la fábrica por violar la ordenanza 8.133 de uso de suelo, que prohíbe ese tipo de industrias en la ciudad. Desde entonces, la única actividad que se realiza es el mantenimiento de la maquinaria instalada.
Desde el Ministerio de Energía se informó de manera oficial que la intención es reabrir la planta, aunque dependen de la decisión del municipio. “Confiamos en que haya una solución. Se está haciendo la nueva planta en Formosa, que va a llevar dos años”, añadieron desde la cartera.
El 99 por ciento de las acciones de Dioxitek pertenecen a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que depende la cartera de Energía, y el uno por ciento restante es propiedad de la provincia de Mendoza.
La planta de Alta Córdoba recibe el uranio natural y lo convierte en dióxido de uranio. Ese material luego se envía a Ezeiza, provincia de Buenos Aires, para la elaboración del combustible para las centrales nucleares del país.
En diciembre pasado, desde Dioxitek habían advertido sobre el agotamiento del stock del dióxido de uranio y la imposibilidad de importar el material para las plantas de Atucha I y II. Desde la Nación aseguraron que aún cuentan con material en depósito para seguir produciendo el combustible.