En el marco del proyecto de extensión de vida de la Central Nuclear Embalse, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) finalizó la laminación de más de 400 tubos de presión, que reemplazarán a los que actualmente están instalados en el núcleo de la central.
Para ello, la Planta Piloto de Fabricación de Aleaciones Especiales (PPFAE) de la CNEA fue certificada como proveedor de materiales de calidad nuclear. De esta manera, durante todo el proceso de laminación, se logró que todos los tubos sortearan las estrictas pruebas a las que fueron sometidos.
Es la primera vez que este proceso de laminación de tubos de presión se realiza fuera de Canadá, país proveedor de la tecnología CANDU, por lo que Argentina sustituye importaciones y se instala así como un proveedor alternativo de este producto a nivel nacional e internacional.
Los estudios de envejecimiento de componentes y de factibilidad para la extensión de vida de la Central Nuclear Embalse, que comenzaron en 2007, determinaron la necesidad de reemplazar muchos de sus componentes. Entre ellos, los tubos de presión, pieza fundamental de los reactores de tecnología CANDU.
Los tubos de presión son los canales donde se inserta el combustible. Son componentes de unos 6 metros de longitud, un diámetro de 112.5 mm y un espesor que ronda los 4,3 mm.
Cada tubo de presión se fabrica a partir de un tubo extrudado provisto por una empresa norteamericana, que fabrica el lingote de la aleación Zr-2.5Nb (circonio -2.5% niobio), lo forja, luego lo mecaniza y finalmente lo extruda en caliente.
En la Planta Piloto de Fabricación de Aleaciones Especiales, la CNEA realiza un proceso de laminación en frío. Esto es, deformar el tubo hasta alcanzar las dimensiones finales esperadas para ser colocados en la central. En otras palabras, sería como “amasar” el cilindro desde su interior y su exterior de manera tal que se alargue su longitud, se reduzca en diámetro y en espesor.
Durante el proceso de fabricación de los tubos de presión se realizan dos laminaciones en frío. En cada una de esas etapas se realiza un acondicionamiento superficial (pulido externo y bruñido interno) a través de dos empresas asociadas a la CNEA: CONUAR S.A. y FAE S.A.
Para finalizar el proceso, se realiza un tratamiento térmico de autoclave bajo atmósfera de agua a 400 grados de temperatura durante 24 horas. Esta operación relaja las tensiones del material producidas por la laminación en frío. Además, genera una capa de óxido protector en las superficies interna y externa.
Luego de las revisiones finales y el mapeo de tolerancias dimensionales, el tubo queda terminado y listo para ser instalado en el reactor.