Pequeños proyectos, grandes empresas

Por María Julia Echeverría. En U-238 Julio 13

 

La nanotecnología no sólo involucra en su desarrollo a laboratorios y universidades, sino que tiene un vasto campo de desarrollo en el ámbito privado, a través de diferentes compañías, las cuales ven en esta disciplina la posibilidad de mejorar sus productos o desarrollar nuevos, y así posicionarse diferencialmente en el mercado. U-238 entrevistó algunas “nano-empresas” del país para conocer más sobre sus proyectos y avances en este “diminuto campo”.

 

GIHON LABORATORIOS QUÍMICOS S.R.L.

Es una empresa establecida en el Parque Industrial de Mar del Plata desde 1989. Lo que comenzó como un microemprendimiento familiar hoy tiene alcance global, ya que el laboratorio opera como proveedor de las mayores empresas farmacéuticas del mundo. El Doctor Alberto Chevalier, Director del Área de Investigación y Desarrollo de Gihon, comenta su vinculación con el nano-mundo.

¿A qué se dedica la empresa?

Desde sus inicios, la empresa se dedica a la elaboración de productos químicos especializados de química fina y alto valor agregado, destinados a la industria farmacéutica. Con el transcurso del tiempo, se ha especializado en la producción de agentes bacteriostáticos empleados en la elaboración de vacunas. En este campo es actualmente el mayor productor mundial, y opera como proveedor de las principales empresas farmacéuticas del mundo. Asimismo, se dedica a la producción de compuestos raros de alto valor agregado y sobre la base de especificaciones provistas por el cliente.

¿Cómo se posicionan a nivel local y mundial?

Si bien la empresa exporta el 85% de su producción a todo el mundo, en la última década ha comenzado a recibir numerosos pedidos de insumos de empresas farmacéuticas nacionales. De esta manera, el laboratorio ha desarrollado aproximadamente una docena de productos que han contribuido a la sustitución de importaciones.

¿De qué manera sus productos están relacionados con la nanotecnología?

Nuestro laboratorio tiene varios proyectos en etapa de desarrollo. Entre los más importantes podemos mencionar, por un lado, el “Proyecto NANOVET”. Dicho emprendimiento se realiza en conjunto entre Gihon y la firma Biotarget. El objetivo es desarrollar formulaciones tipo suspensiones orales o inyectables basadas en nanopartículas para el tratamiento de enfermedades parasitarias.

En este marco, ambas empresas han firmado un acuerdo de transferencia y desarrollo de tecnología que prevé la instalación, en la planta de Gihon, de una plataforma a escala piloto para elaboración de nanopartículas huecas, funcionalizadas para diversos ensayos en biomedicina humana y veterinaria.

El segundo proyecto, denominado NANOAR, consiste en el desarrollo de nanoarcillas modificadas y de productos innovadores a partir de arcillas nacionales. En este consorcio, participan diversos Grupos de I+D y empresas locales que aportan su experiencia en distintos campos de especialización.

¿Cómo ve el desarrollo de la nanotecnología a nivel local?

La incorporación de la nanotecnología en la salud, en el medioambiente y en la actividad industrial ha generado la aparición de nuevas posibilidades, metodologías y resultados. Una gran cantidad de investigadores, tanto del ámbito público como del privado, trabajan diariamente en estas disciplinas. La actividad industrial va incorporando nuevas tecnologías y, además, plantea nuevas necesidades que se constituyen como desafíos para todos los investigadores. Las perspectivas a nivel nacional e internacional en el campo de la salud son muy variadas. Por ejemplo, se prevé que se desarrollen nanomedicinas “inteligentes” que puedan acceder a sitios específicos intracelulares para evitar efectos colaterales. Un área también muy importante es la ingeniería de tejidos, que se basa en el desarrollo artificial de piel, e incluso órganos, a través del empleo de herramientas nanotecnológicas.

 

LARING

El Laboratorio Argentino de Investigación Galvanotécnica (LARING) es una empresa argentina especializada en tratamientos de superficies, un campo que, según el licenciado Leandro Bronstein, Director de la firma, ha experimentado un verdadero cambio de paradigma gracias a la nanotecnología.

¿A qué se dedica la empresa?

LARING es una pyme familiar que se dedica al diseño, fabricación y comercialización de productos químicos, en especial de tratamientos de superficies en un concepto amplio. Esto incluye pinturas, recubrimientos galvánicos, procesos de anodizado, pretratamientos con fosfatos, cromatos, etc.

¿De qué manera la nanotecnología está incorporada en sus productos?

Las tecnologías de tratamiento de superficies son tecnologías muy antiguas que la nanotecnología ha permitido modificar de raíz. Realmente, la nanotecnología generó un cambio de paradigma en materia de tratamiento de superficies y, en los últimos 15 años, estos cambios se han traducido en mejoras en el funcionamiento de los tratamientos y en cuestiones ecológicas. Por ejemplo, antiguamente las ventanas y puertas de aluminio se pintaban con productos a base de cromo hexavalente, que es altamente tóxico y contaminante. LARING tiene un producto para pintar aluminio a base de nanotecnología y libre de cromo. Del mismo modo, en otros tratamientos, se van reemplazando los fosfatos por productos como nano-cerámicos. Y, por otro lado, hay otra rama de productos que se aplican sobre recubrimientos, como el zincado, que funciona como un mejorador de la resistencia a la corrosión.

¿Quiénes son sus clientes?

Tenemos dos tipos de clientes: por un lado, los talleres que se dedican al tratamiento de superficies, en donde se suelen tercerizar ciertos trabajos. Y, por otro lado, las empresas integradas, como los fabricantes de aberturas y ciertos autopartistas.

¿Cómo se posicionan a nivel regional y a nivel mundial? ¿Exportan sus productos?

Sí, a todo el MERCOSUR, pero principalmente a Brasil.

¿En qué consiste el proyecto que desarrollan junto a la CNEA?

Es un proyecto FONARSEC de la Agencia Nacional de Promoción Científica Tecnológica en el que participan dos instituciones científicas —la CNEA y el INQUIMAE-CONICET— y dos empresas —Rheinchemie S.A. y LARING—. El objetivo es lograr la modificación química superficial de los nanoporos del aluminio anodizado. Consideramos que, al dominar químicamente el nanoporo, podríamos poner nanopartículas dentro de él y así otorgarle a la superficie de aluminio nuevas características. Por ejemplo, se sabe que las nanopartículas de plata tienen actividad antibacteriana. Entonces, si podemos colocar una nanopartícula de plata dentro del nanoporo, podríamos obtener una superficie de aluminio antibacteriana que podría usarse, por ejemplo, en hospitales o colegios.

¿Cómo ve a la nanotecnología a nivel local?

Como todos los temas de moda, es un tema que las instituciones científicas trabajan mucho. En este sentido, yo confío mucho en la ciencia argentina y, además, veo que hoy en día hay un respaldo institucional muy saludable por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y del Gobierno. Se percibe un respaldo con una visión de largo plazo pocas veces visto.

 

TENARIS SIDERCA

Además de ser proveedor líder en la industria del petróleo y del gas, esta empresa posee un importante Centro de Investigación y Desarrollo que, entre otras cosas, ensaya materiales y superficies con nuevas propiedades gracias a las micro y nanotecnologías. El doctor Pablo Castro, del Departamento de Química de Superficies y Recubrimientos de Tenaris, explica más sobre estos desarrollos.

¿A qué se dedica la empresa?

Tenaris es proveedor líder de tubos de acero y servicios para la industria mundial energética y otras aplicaciones industriales. Su producción anual es de más de seis millones de toneladas, e incluye productos como tubos de revestimiento y de producción, tubos de conducción y diversos tubos de acero para aplicaciones mecánicas y estructurales. Además, la empresa cuenta con una red de plantas productivas, centros de servicio y oficinas comerciales en todo el mundo.

¿Quiénes son sus clientes y cómo se posicionan a nivel mundial?

Nuestros clientes son las compañías petroleras, automotrices, constructoras, entre otras. Si bien la mayor parte de los tubos producidos en nuestras plantas en Argentina se destina a la exportación, Tenaris es un importante protagonista en el desarrollo del mercado del petróleo y del gas en el país.

¿Tienen vínculos con alguna institución del sistema científico-tecnológico?

En Argentina, Tenaris posee un Centro de Investigación y Desarrollo, ubicado dentro de las instalaciones de la planta en Campana, con alrededor de 120 investigadores en diversas disciplinas científicas y tecnológicas. Este centro es una pieza fundamental en el desarrollo tecnológico de la empresa y una reconocida entidad científica a nivel nacional e internacional. Los vínculos con universidades y otras instituciones científicas y tecnológicas de Argentina y del mundo son permanentes y fluidos. Además, Tenaris brinda becas de estudios en las principales universidades y participa de proyectos de investigación en instituciones científico-tecnológicas de prestigio a nivel global.

¿Cómo ve a la nanotecnología a nivel local?

La nanotecnología debe ser entendida como un medio y no como un fin en sí mismo. En ocasiones se ha usado el término “nanotecnología” más como un instrumento de marketing que como lo que realmente es: una herramienta tecnológica. Así es como se ha desarrollado una “nanotecnología de consumo”, con artículos que van desde champúes con “nano” esferas para un pelo sedoso, medias con nanopartículas de plata para combatir el mal olor de los pies, palos de golf y raquetas de tenis que prometen ventajas deportivas al usar materiales nanoestructurados, etcétera. Es por eso que los términos nanociencias y nanoingenierías son tal vez más adecuados a la hora de describir el campo de trabajo de investigadores e ingenieros que, tanto desde instituciones científicas y tecnológicas como desde empresas, contribuyen al conocimiento y al desarrollo de técnicas, materiales y sistemas “nano” que resulten en ventajas significativas con respecto a lo que pueden dar las tecnologías convencionales. Existen en la Argentina iniciativas, tanto públicas como privadas, que se orientan en esa dirección. En el caso de Tenaris, a través de la creación de materiales y superficies con nuevas funcionalidades y propiedades, la aplicación de nanociencias y nanoingenierías es de gran interés por su gran potencial para agregar valor a productos y procesos en una industria madura como es la fabricación de tubos de acero.

 

ERIOCHEM S.A.

Establecida a fines de 2000, esta compañía farmacéutica se dedica a desarrollar y producir genéricos oncológicos de alta calidad y genéricos de valor agregado o supergenéricos. Su Research Director, José Lucio Núñez, brinda detalles de cómo su labor se vincula con las tecnologías nano.

¿A qué se dedica la empresa?

Es una empresa farmacéutica de síntesis y elaboración de inyectables antineoplásicos, especialmente de productos de liberación sostenida y supergenéricos, que basa sus negocios en la propiedad intelectual de sus patentes.

¿Cómo se posicionan a nivel mundial y quiénes son sus clientes?

Principalmente, nuestros clientes son multinacionales como Sandoz, Teva, Hospira, entre otras. Exportamos nuestros productos a cerca de 30 países, incluidos mercados de alta regulación como Alemania.

¿Cómo se relaciona la nanotecnología con el trabajo de la empresa?

Actualmente, formamos parte de un Proyecto FONARSEC denominado “Plataforma tecnológica para el desarrollo y producción de nanotransportadores inteligentes para fármacos”. El consorcio está formado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la empresa Gemabiotech S.A. y Eriochem S.A., y proponemos desarrollar un nanotransportador lipídico de un citostático, que sea un análogo de la lipoproteína de baja densidad humana (LDL, comúnmente conocido como colesterol malo), a fin de lograr una terapia dirigida (principalmente específica de las células enfermas). Aún no existe un medicamento que actúe de esta manera para liberar intracelularmente su principio activo (citostático). Por lo que este desarrollo permitiría el patentamiento internacional y también serviría de plataforma para otros productos farmacológicos.

¿Tienen vinculación con instituciones del sistema científico-tecnológico?

Eriochem es padrino de la UNL y utiliza frecuentemente servicios de Ceride (UNL), CEPROCOR (Universidad Nacional de Cuyo), Universidad Nacional de Rosario, Centro de Estudios Comparados (UNL), CNEA, entre otras instituciones.

¿Qué opinión tiene sobre el desarrollo de la nanotecnología en el país?

En el marco farmacéutico, creo que es algo incipiente, por lo novedoso, y aún no se dispone de normativas que puedan disminuir la incertidumbre que trae aparejado el progreso. En este sentido, creo que debemos pensar en una estructura jurídica donde descanse el riesgo de usar productos tan novedosos; hablar y consensuar objetivos entre los sectores académico, empresario y gubernamental; compartir nuestro conocimiento (más allá de que se resguarde su propiedad intelectual); establecer un ciber-foro para que cada uno de nosotros explique lo que tiene y lo que necesita, y donde plantear preguntas y problemas a ser resueltos y, por sobre todo, se debe establecer un modelo de análisis de riesgo-beneficio para la investigación preclínica y clínica con estas tecnologías sin precedentes, para establecer cuál es el diferencial terapéutico que justifica clínicamente el uso de la nanotecnología. Sólo cuando consensuemos entre los médicos, que necesitan curar a sus pacientes; las autoridades, que necesitan terapias seguras y efectivas, y quienes trabajamos en nanotecnología podremos, en esta encrucijada, hacer algo más importante.