El pasado 29 de junio la empresa estatal Arsat firmó una carta de intención con la compañía estadounidense Hughes. Puntualmente, el acuerdo establece la creación de una nueva empresa, llamada «Newco», compuesta en un 49% por Arsat y un 51% por Hughes, que será la encargada de fabricar y operar el Arsat 3, el tercer satélite de comunicaciones argentino.
Según los términos del acuerdo, Newco «tendrá por objeto proveer el servicio de Banda Ka», para el desarrollo de Internet satelital de banda ancha a través de la construcción del satélite Arsat 3. Para este fin, la estatal Arsat aportará 230 millones de dólares (que era el monto que estaba previsto que cueste el nuevo satélite), y Hughes, 50 millones de dólares.
Si bien la construcción del Arsat 3 seguirá en manos de INVAP, Newco proveerá los sistemas de recepción, decodificadores y todo equipo de tierra y banda ancha, mientras que Arsat hará lo propio con los servicios de fibra óptica y Data Center. En tanto, «los insumos no susceptibles de ser provistos nacionalmente, serán importados desde las empresas Thales y Airbus».
Con sede en Maryland, Estados Unidos, Hughes es una de las firmas líderes mundiales en servicios de comunicaciones satelitales y defensa, con más de 20 satélites en operación y un millón de clientes en Norteamérica y Brasil.
Sectores de la oposición y especialistas del sector cuestionaron la iniciativa porque argumentan que viola la ley 27.208 de Soberanía Satelital que exige la autorización del Congreso para avanzar con “cualquier acto o acción que limite, altere, suprima o modifique el destino, disponibilidad, titularidad, dominio o naturaleza de los recursos esenciales y de los recursos asociados (…) que pertenezcan o sean asignados a Arsat”.
Además, argumentan que el convenio termina con el plan satelital geoestacionario argentino y resigna el desarrollo de la banda Ka, que permite brindar Internet de banda ancha a usuarios finales, a manos de Newco, que será controlada por Hughes al poseer la mayoría accionaria de la nueva empresa.
Debido a la polémica, Arsat emitió un comunicado en el que asegura que la empresa “seguirá siendo propiedad del Estado Nacional”. Aclara además que “la carta de intención firmada con la empresa Hughes no prevé, bajo ningún motivo ni circunstancia, la privatización de Arsat ni de ninguno de sus activos”.
Por otro lado, asegura que “las órbitas que ocupará el tercer satélite, se realice con o sin inversiones de Hughes, serán del Estado argentino. Además, detalla que «será fabricado por INVAP, por recursos humanos argentinos y con la participación de empresas nacionales del sector”.
En el comunicado, Arsat también explica que la carta de intención firmada con Hughes es un paso en pos de un acuerdo comercial, similar a otros que ya celebró la compañía. «Nuestras misiones satelitales no pueden seguir financiándose con impuestos a los argentinos, por eso Arsat 3 busca viabilizarse con aportes privados», concluye el comunicado.