Tomógrafo made in argentina

Tras una década de investigaciones y trabajo al fin el el tomógrafo AR-PET desarrollado por investigadores de la CNEA ya está instalado en en el Hospital de Clínicas José de San Martín.

El proyecto, surgido por iniciativa de la División de Sistemas Digitales y Robótica del Laboratorio de Instrumentación y Control del Centro Atómico Ezeiza de la CNEA, comenzó en 2005, a través de la gerencia de radioisótopos y radiaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). El equipo de CNEA también trabajó junto con el Grupo de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Solo 4 empresas tienen know how para hacer estos equipos, que cuestan un millón de dólares, hacerlo en Argentina poco más de 300 mil

Como ya explicó el ingeniero Claudio Verrastro, jefe de la División Sistemas Digitales y Robótica de la CNEA, “este es un tomógrafo que a diferencia de los de Rayos X tiene la propiedad única de medir el metabolismo celular. La medicina nuclear es un área de la medicina que puede hacer diagnósticos por imágenes y en este caso el PET permite medir el metabolismo de algún grupo de células de un órgano determinado”.

El equipo de la CNEA liderado por Claudio Verrastro, Jefe de la División Sistemas Digitales y Robótica del Centro Atómico Ezeiza, para el desarrollo del tomógrafo PET Argentino. AGENCIA TSS.
El equipo de la CNEA liderado por Verrastro.

El equipo funcionará en un espacio especialmente acondicionado dentro del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital de Clínicas José de San Martín, perteneciente a la Universidad de Buenos Aires (UBA) y a la CNEA. Este binomio trabaja articuladamente desde 1966, cuando se creó el primer Centro de Medicina Nuclear en el Hospital de Clí­nicas; y años mas tarde (1969) el prestigioso Centro de Oncologí­a Instituto Angel Roffo.

Sobre los próximos pasos Verrastro señaló que se le pedirá a la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) la autorización para trabajar con radiofármacos y, posteriormente, comenzará una etapa de caracterización del equipo desde el punto de vista funcional que permitirá homologarlo para su utilización en pacientes.

El equipo desarrollado por la CNEA puede operar con dos de sus seis componentes, facilitando su reparación sin interrupciones.

El Tomógrafo AR-PET de diseño y fabricación 100% nacional permitirá obtener imágenes anatómicas y funcionales del cuerpo humano de forma no invasiva, brindando un diagnóstico preciso de ciertas enfermedades como el cáncer, problemas cardíacos y trastornos cerebrales.

Una de las características distintivas del PET de la CNEA es su facilidad de instalación, ya que no tiene cables y transmite la información de manera inalámbrica. Además, funciona a 12 voltios, es decir puede utilizar baterías con muy bajos requerimientos ambientales.

El diseño del tomógrafo es tan innovador que, en el transcurso del proyecto, se lograron realizar dos patentes de invención a nombre de la CNEA

Otro rasgo particular es que puede funcionar solamente con dos de los seis cabezales que conforman el escáner (construidos con cristales centelladores rectangulares de 30 por 40 centímetros dispuestos en forma hexagonal, que permiten obtener un campo de visión amplio), que se pueden sacar, reparar y reponer sin que el escáner salga de servicio.

Además el diseño del nuevo tomógrafo por emisión de positrones es tan innovador que, en el transcurso del proyecto, se lograron realizar dos patentes de invención a nombre de la CNEA. Para armar el equipo los investigadores importaron sólo componentes imprescindibles como los cristales centelladores, fotomultiplicadores y microchips electrónicos.

Finalmente, es un equipo más económico que el resto, ya que los equipos comerciales -sólo tres o cuatro fabricantes en el mundo poseen el know how– cuestan alrededor de 1.000.000 dólares, y se requiere anualmente un 10 ó 15% más del valor del equipo para mantenimiento y repuestos. Hacerlo en Argentina, estiman los especialistas, sale poco más de 300 mil dólares. 

«Lo que venden los fabricantes, que son tres o cuatro en el mundo, es lo que llaman know how», explica verrastro, por eso «hay muchos equipos que dejan de funcionar y se tornan obsoletos porque las fábricas deciden que un determinado equipo no reciba más soporte. En cinco años ocurren esas cosas, «porque la obsolescencia de los equipos obedece a las empresas que los producen, porque necesitan vender nuevos desarrollos. Entonces, uno queda totalmente dependiente de esa política comercial” y destaca que este desarrollo nacional sería un modo de salir de esa dependencia, aunque resta saber qué política tomará la CNEA para la producción de estos equipos, si transferirá las patentes, a quién y de qué modo.

Trabajo en equipo
El proyecto fue llevado a cabo por el Grupo de Sistemas Digitales y Robótica de la CNEA, en colaboración con el Grupo de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y fue financiado con recursos del tesoro nacional aunque inicialmente, contó con el aporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Actualmente sólo tres empresas en el mundo se dedican a comercializar este tipo de instrumentos, que tienen un valor de mercado superior al millón de dólares por unidad. Con este nuevo tomógrafo no sólo se reducirán los gastos de adquisición de estos equipos, sino que también se mejorará el acceso a tecnología de última generación en el ámbito de la salud pública.